En los últimos años, el Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales (Catec) ha desarrollado más de un centenar de aplicaciones aeroespaciales para lanzadores, satélites y sondas espaciales. La institución andaluza ha participado en numerosos programas de la Agencia Espacial Europea (ESA), entre los que destacan el desarrollo de los soportes de titanio de los paneles solares del satélite de telecomunicaciones Quantum, la antena helicoidal en aluminio para la misión científica Proba3 y los herrajes de izado en titanio y aluminio para el satélite Cheops.
Especializado en la aplicación de la tecnología de impresión 3D en el sector aeroespacial, a finales del pasado mayo, el equipo de Catec tuvo la oportunidad de exponer sus avances en la materia en el Foro de Inversiones de Space Florida, siendo una de las pocas organizaciones no estadounidenses en participar del evento.
El director técnico de Materiales y Procesos de Catec, Fernando Lasagni, ha concedido una entrevista a Infoespacial.com en la que anticipa el futuro de la tecnología 3D en el sector aeroespacial y detalla los proyectos futuros de la institución. Lasagni resalta la fortaleza y prestigio de la industria espacial española ante el mundo, pero insiste en la necesidad de contar con políticas de estado que fomenten el desarrollo y la innovación.
Recientemente, Catec presentó su tecnología 3D en Florida. ¿Qué sensaciones les dejó ese evento?
Fue una oportunidad única de dar a conocer nuestros desarrollos en impresión 3D en metal en Estados Unidos, y en un contexto de empresas que se dedican a la innovación. La primera sensación es que nuestros desarrollos, no solo en impresión 3D, y el de otras empresas españolas con las que colaboramos, están a la vanguardia y con niveles de madurez comparables, o incluso superiores, a los de Estados Unidos. Por otro lado, las facilidades y la cultura de los inversores del otro lado del océano está en un nivel muy superior. Es muy interesante el nivel de dinamización para la creación de start-ups y desarrollar nuevos productos. Esta misma semana participamos en una sesión de trabajo con el cofundador de UBER Elevate y fue sorprendente que nos conociera por ser uno de los tres finalistas del Foro de Inversiones de Space Florida.
¿Qué podemos esperar para los próximos años de la tecnología 3D? ¿En qué proyectos se encuentran trabajando actualmente?
A nivel general, una disminución importante en los costes de equipos que va a dar lugar a nuevas oportunidades para introducir la tecnología. Sin irnos fuera de España, ya tenemos en Jaén una empresa (Meltio) puntera en el desarrollo de equipos de fabricación aditiva por deposición y a unos costes muy competitivos. Luego, en el sector espacial, tendremos disponible una normativa de la Agencia Espacial Europea (ESA) para la cualificación de vuelo de componentes fabricados por impresión 3D en metal, normativa en la que he tenido la oportunidad de colaborar personalmente y que recoge lecciones aprendidas de cómo Catec ha conseguido volar estructura, incluso crítica, en grandes satélites de telecomunicaciones. Esto, sin lugar a dudas, abrirá nuevas oportunidades para la industria y la impresión 3D será algo cotidiano en el sector espacial. También estamos viendo cómo rápidamente se están desarrollando aplicaciones en motores de lanzadores, aplicación de gran criticidad y que demuestran la madurez que ha alcanzado la tecnología. Ya en el sector aeronáutico esperamos una evolución similar.
¿Algún ejemplo?
Catec va a entregar las primeras piezas críticas para un helicóptero de altas prestaciones de uno de los grandes fabricantes mundiales y hemos sido una de las primeras organizaciones en desarrollar, diseñar y fabricar piezas de vuelo para aviones tanto comerciales como de defensa. El hecho de volar estos componentes se traduce en oportunidades en nuevos programas. Ahora mismo trabajamos en un gran número de proyectos, donde se destaca el desarrollo de la estructura secundaria (componentes de soporte de sensores de misión) para la sonda espacial Juice (JUpiter ICy moons Explorer) que orbitará Júpiter para la investigación de sus lunas gélidas. Este proyecto, en el que colaboramos con CITD, con la división de espacio de Airbus en España y el centro tecnológico CTA como ensayista, es posiblemente el proyecto más ambicioso en lo que se refiere a requisitos de misión y criticidad, e integra unos 13 componentes en aluminio que han permitido ahorrar más de 50% de peso frente a elementos convencionales. Aquí la ESA es el cliente final y está aplicando los procedimientos más estrictos para la aprobación de estos componentes de vuelo. Otro de los proyectos con componente de vuelo en los que trabajamos es el desarrollo de un carenado del avión demostrador de Clean Sky, donde colaboramos con Airbus en Getafe y en Sevilla para entregar 16 carenas en aluminio. También se destaca el programa de excelencia CEFAM de la red Cervera financiado por el CDTI, donde colaboramos con otros centros tecnológicos en la maduración de las tecnologías de fabricación aditiva en metal.
¿Qué otros proyectos, más allá de la tecnología 3D, están desarrollando?
Catec tiene una gran experiencia en lo que se refiere a las tecnologías de la industria 4.0. Estamos desarrollando soluciones de inspección no destructiva para componentes de avión y fabricados en fibra de carbono. Soluciones que se deben enfrentar a las nuevas posibilidades de diseño y fabricación en estos materiales. Las capacidades que las empresas españolas han adquirido en cuanto a posibilidades de fabricar componentes de gran complejidad requieren ahora también de herramientas que permitan que su inspección sea posible, aspecto fundamental para que un componente pueda volar. Se suma el desarrollo de efectores finales para la automatización de procesos de inspección por tecnologías de no-contacto, tanto para la inspección de componentes metálicos o en materiales compuestos, inspección de pintura; y también la automatización de procesos de fabricación como taladrado, recanteo, conformado de núcleos, etc. Ayudamos a empresas como Inespasa a la validación de máquinas de taladrado para el sector aeroespacial, trabajamos en procesos de deep-/machine- learning para la identificación y clasificación automática de elementos, desarrollo de actuadores electromecánicos, entre muchos otros proyectos. También es reconocida nuestra trayectoria en el desarrollo de drones y aplicaciones donde destaca el primer dron del mundo capaz de inspeccionar por ultrasonidos (por contacto) puentes y estructuras del oil&gas.
¿Qué perspectivas tiene Catec sobre su participación en proyectos internacionales más allá de las fronteras europeas?
La participación en el foro aeroespacial de Florida ha permitido que se nos conozca abriéndonos las puertas a nuevas oportunidades. Esperamos mantener reuniones bilaterales en el corto plazo para lanzar una serie de iniciativas con importantes empresas del sector, acciones que se han visto demoradas por el efecto de la pandemia que vivimos hoy en día. No obstante, si hablamos de proyectos internacionales en el marco europeo, trabajamos ya en numerosas iniciativas internacionales con las compañías más relevantes del sector.
¿Cómo ve a la industria espacial española respecto al resto del mundo?
España ha sido puntera y ha dado al mundo grandes avances en la industria del espacio y, por supuesto, la aeronáutica. Un claro ejemplo es la fabricación de estructuras en materiales compuestos. Pero es que España tiene experiencia en todos los aspectos necesarios para fabricar, por ejemplo, grandes satélites de telecomunicación sin recurrir a entidades extranjeras. Y esa es una capacidad que pueden exhibir solo un puñado de países en el mundo. Existen pequeñas empresas que se han hecho hueco con hardware para el mercado de los pequeños satélites, que han materializado una idea para ponerla a volar en pocos años, y hoy ser suministradores, como las andaluzas Solarmems en sensores, DHV en paneles solares o el grupo Emergy-Indaero-UNS en mecanizados de precisión. Hay grandes ideas, pero quizás faltan inversores. Esa cultura más arraigada en países como EEUU como comentaba anteriormente.
¿Cómo analiza la situación del sector tras la crisis del coronavirus?
Quizás no sea la persona de referencia para dar un análisis profundo, pero es claro que el sector necesita de la reactivación de las aerolíneas para que haya una demanda de nuevos pedidos. La industria aeroespacial necesita ser apoyada en estos momentos para mantener el liderazgo que tantos años de esfuerzo ha costado conseguir, y mientras el sector se recupera por sí solo es preciso que haya un acompañamiento de los países para proteger su tecnología, su industria y el empleo, tanto reforzando el apoyo económico a la I+D+i en misiones de gran retorno social, como manteniendo el compromiso en grandes programas tecnológicos europeos estratégicos para la defensa, algo que puede ayudar a equilibrar la situación compleja actual de la aeronáutica civil.
¿Considera que debería incrementarse la cooperación gubernamental en proyectos de I+D+i?
Siempre es un buen momento para apostar por la I+D, y en este momento además es crítico y fundamental. Los países que invierten en I+D más del 3% de su PIB son los países del mundo que más crecen, y los que lo han sostenido en el tiempo son los que tienen el mejor nivel de vida para sus habitantes. En general, pienso que propuestas como la que ha impulsado recientemente el Foro de Empresas Innovadoras (FEI) para tratar de que la inversión en I+D se acerque al porcentaje de gasto sobre el PIB de la media europea son esenciales. La política de Estado debería integrar un enfoque claro y ambicioso en relación a la I+D y a las fuentes de innovación, una política orientada a la utilidad para la sociedad de la innovación y para eso, es necesario que la innovación forme parte de nuestras prioridades como país. Ya en el campo aeroespacial, una de las misiones de esa innovación con retorno social debe ser la Movilidad Sostenible para perseguir un liderazgo nacional como el que consiguió España en el sector de los materiales compuestos. La experiencia para liderar otros ámbitos tecnológicos para la generación de productos de alto valor añadido todavía la tenemos en casa. Esa ventaja competitiva hay que aprovecharla con inversión, apoyo al sector y facilitando la creación de nuevas empresas. Es un intangible que no podemos descuidar, pero siempre con un enfoque global y la prioridad propia de una política de estado en innovación.
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