La nave Starship se destruye en su segundo vuelo de prueba consecutivo

La nave Starship de Space X ha sufrido su segundo fallo consecutivo en un vuelo de prueba, girando fuera de control en el espacio antes de desintegrarse y reentrar sobre el Caribe. 

El vehículo Starship/Super Heavy despegó en el vuelo de prueba Flight 8 desde el sitio de pruebas Starbase de la compañía en el sur de Texas. La cuenta regresiva transcurrió sin problemas, salvo por una pausa en T-40 segundos que duró solo unos instantes. Las primeras fases del vuelo se desarrollaron según lo previsto, incluyendo el ascenso del vehículo hasta la separación de etapas y el regreso del propulsor Super Heavy, que fue capturado nuevamente en la torre de lanzamiento por tercera vez en cuatro misiones desde octubre de 2024. 

Poco después de los ocho minutos de vuelo, cuatro de los seis motores Raptor en la etapa superior de Starship se apagaron en una rápida sucesión. La nave comenzó inmediatamente a girar fuera de control, aunque siguió transmitiendo video que mostraba la Tierra entrando y saliendo del campo de visión. 

"Antes del final de la fase de ascenso, un evento energético en la parte trasera de Starship provocó la pérdida de varios motores Raptor", explicó SpaceX en un comunicado publicado en su sitio web unas horas después del vuelo. "Esto, a su vez, llevó a la pérdida de control de actitud y, finalmente, a la pérdida de comunicaciones con Starship. El último contacto con Starship ocurrió aproximadamente 9 minutos y 30 segundos después del despegue".

Minutos después, testigos en partes del Caribe, desde República Dominicana hasta las Bahamas, e incluso en la Costa Espacial de Florida, informaron de que habían visto la nave explotar y restos cayendo. No estaba claro cuántos restos del coete llegaron al suelo ni en qué ubicación exacta, según detalla la página de noticias del espacio Space News. 

Respuestas oficiales ante el accidente

La Administración Federal de Aviación (FAA) activó áreas de respuesta a la caída de restos y cerró temporalmente el espacio aéreo en partes del Caribe, lo que obligó a algunos vuelos a entrar en patrones de espera o a desviarse a otros aeropuertos. La FAA también impuso restricciones en varios aeropuertos de Florida, limitando los vuelos con destino a esos lugares y generando retrasos.

"La FAA requiere que SpaceX lleve a cabo una investigación sobre la pérdida del vehículo Starship durante las operaciones de lanzamiento el 6 de marzo", declaró la agencia en un comunicado emitido poco después del incidente. Este tipo de investigaciones son procedimientos estándar tras incidentes como este, incluyendo el fallo del vuelo anterior de Starship en enero.

Ese fallo fue similar al de la misión Flight 7 a principios de este año, cuando se perdió contacto con Starship aproximadamente ocho minutos y medio después del despegue. En aquella ocasión, restos cayeron en el Caribe, y algunos fueron encontrados en las Islas Turcas y Caicos.

El 24 de febrero, SpaceX concluyó que el vehículo sufrió una "respuesta armónica varias veces más intensa en vuelo de lo que se había observado en pruebas", lo que provocó tensiones en las líneas de propulsión. Esto causó fugas que generaron incendios en la sección trasera del vehículo, lo que llevó al apagado controlado de todos los motores, excepto uno.

Space X declaro que implementaron cambios en el hardware y en las operaciones para evitar que daños similares ocurrieran nuevamente. También agregó ventilaciones y un sistema de purga de nitrógeno gaseoso para reducir la inflamabilidad de la sección trasera. 

La compañía canceló un intento de lanzamiento a principios de este mes debido a problemas técnicos con el propulsor Super Heavy y, más tarde, con la etapa superior de Starship. "Demasiadas incógnitas sobre este vuelo", comentó el CEO de SpaceX, Elon Musk, después de la cancelación, mencionando problemas de baja presión en un sistema de arranque de motores. "Lo mejor es desmontar, inspeccionar ambas etapas e intentarlo de nuevo en un día o dos".

El segundo fallo consecutivo de Starship representa un revés significativo para el desarrollo del vehículo por parte de SpaceX. Esta nave es crucial para los planes de la compañía de desplegar la próxima generación de satélites Starlink de mayor tamaño. Este lanzamiento llevaba cuatro maquetas de esos satélites, que debían haberse desplegado desde Starship durante su vuelo suborbital.