En octubre se cumplirán 60 años del primer Acuerdo de Cooperación Científica entre España y Estados Unidos para facilitar a la NASA ciertos terrenos y derechos de paso en los municipios de Robledo de Chavela y Navas del Rey, en la sierra oeste de la Comunidad de Madrid.
Desde entonces, el centro madrileño está integrado en una red mundial de tres estaciones equidistantes de la NASA conocida como Red del Espacio Profundo (Deep Space Network, DSN), junto a las de Goldstone, en el estado norteamericano de California, y Canberra, en Australia.
Separadas entre sí unos 120 grados en longitud, su posición geográfica se eligió para que los vehículos espaciales mantuvieran en todo momento el contacto con alguna estación terrestre, con independencia del movimiento diario de rotación de nuestro planeta.
La estación de Robledo de Chavela no estrenó sus funciones hasta meses después del acuerdo, en julio de 1965, con la misión de la nave Mariner 4, la primera que envió fotografías de cerca de la superficie de Marte.
Además de esta misión, esta estación y la de Cebreros (Ávila), actualmente adscrita a la Red de Espacio Lejano de la Agencia Espacial Europea (ESA), participaron en otras de primera magnitud, como la Mariner 6 y Mariner 7, que se acercaron aún más al planeta rojo, a 3.400 kilómetros; la Pioneer 10 y Pioneer 11, dos sondas ligeras que cruzaron el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, se aproximaron a Júpiter y la segunda de ellas continuó hacia Saturno; y las Voyager, herederas de la serie Mariner.
También prestaron apoyo a vuelos tripulados como los Apolo, Skylab y Apolo-Soyuz, aunque éstos últimos estuvieron controlados durante un tiempo por una tercera estación, la de Fresnedillas de la Oliva (Madrid), ya desaparecida. En Fresnedilla de la Oliva existe actualmente un curioso Museo Lunar digno de visita.
La instalación de Frenedillas de la Oliva, en una imagen de archivo. Firma: Larry Haug.
Cada complejo consta de una antena de 70 metros y varias de 34 metros. El de Madrid es el único que cuenta con seis antenas operativas, ya que los de Goldstone y Canberra tienen cuatro cada uno.
El sistema permite llevar a cabo actividades de seguimiento de satélites, naves espaciales y telescopios orbitales, colaborando también en distintos programas de búsqueda de exoplanetas y nuevas misiones de exploración del sistema solar como Mars Odyssey y Mars Reconnaissance Orbiter.
Con un total de 14 antenas en funcionamiento, la red admite actualmente más de 40 misiones y se espera que admita otras 40 que se lanzarán en los próximos años.
De esta manera, la instalación de Robledo de Chavela será fundamental especialmente en misiones como Artemis, en la que el ser humano volverá a la Luna. Eso expresó la embajadora de EEUU en España, Julissa Reynoso, al firmar la renovación, por otros 15 años, del mencionado Acuerdo de Cooperación Científica, el pasado 10 de junio.
El documento, que plasma décadas de colaboración entre ambos países, fue suscrito por parte española por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Globales, Diego Martínez Belío.
Al acto, celebrado en el Centro de Visitantes del Complejo de Comunicaciones del Espacio Profundo (DSCC) de Robledo de Chavela, asistió la ministra de Defensa, Margarita Robles, la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, y el alto representante de la NASA, Kenneth D. Bowersox.
Robles destacó que este acuerdo es una manifestación más de la “magnífica relación” existente entre España y Estados Unidos, así como una prueba de la importancia “que nuestro Gobierno le da al espacio”.
El acuerdo bilateral había sido ratificado previamente en el Consejo de Ministros celebrado el pasado 6 de junio, como informó infoespacial.com.