Starlink: ¿Qué le depara el futuro al proyecto de SpaceX?
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Starlink: ¿Qué le depara el futuro al proyecto de SpaceX?

La empresa norteamericana funciona como un cuasi-monopolio, controlando la mayoría de los satélites de comunicaciones en órbita LEO
Falcon 9 Starlink
Lanzamiento del cohete Falcon 9 con satélites Starlink. Firma: SpaceX
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Starlink, la empresa norteamericana nacida como proyecto de SpaceX para la creación de una constelación de satélites de internet con el objetivo de brindar un servicio de internet de banda ancha, baja latencia y cobertura mundial a bajo costo, opera la constelación de satélites más grande del mundo, con más de 6.750 plataformas en órbita, que se comunican entre sí mediante láseres de enlace.

Los satélites de Starlink orbitan en la órbita baja LEO (Low Earth orbit) a unos 550 km de altitud, mucho más cerca que los tradicionales de internet geoestacionarios (GEO), que están a unos 35.000 kilómetros. Esto permite una menor latencia (mayor conectividad) en comparación con los servicios satelitales convencionales.

La empresa cuenta con las versiones V1, V1.5, V2-KU y V2-DTC. En 2024, Starlink desorbitó de manera controlada alrededor de 400 satélites V1 tras identificar errores comunes que podrían aumentar las probabilidades de futuros problemas. La mayoría de estas plataformas llevaba girando alrededor de la Tierra más de cinco años en el momento de desorbitar, según destaca la empresa estadounidense con sede en Texas.

En cuanto al mercado de satélites de comunicaciones, Starlink funciona como un cuasi-monopolio, controlando individualmente la mayoría de los satélites situados en la órbita LEO y con planes de seguir lanzando hasta 12.000 satélites, con una posible extensión de otros 30.000. De momento, no hay empresas que se muestran como firmes competidores de Starlink, aunque en Europa existe un posible rival. A finales de 2023, la empresa francesa Eutelsat y la británica OneWeb completaron una fusión, convirtiéndose en la compañía con más satélites en órbita baja después de Starlink.

Starlink en Ucrania

Dos días después de empezar la guerra de Rusia, Elon Musk, CEO y fundador de SpaceX, la empresa que opera Starlink, acordó con Ucrania el préstamo de sus servicios para asegurar la conectividad y comunicación del país.

El despliegue de Starlink en Ucrania ha sido fundamental para las comunicaciones del país desde el inicio de la invasión rusa a gran escala en 2022. Este sistema permite a las fuerzas ucranianas coordinar sus ataques con drones, localizar objetivos y transmitir información del campo de batalla en tiempo real a las tropas sobre el terreno.

Además, Starlink desempeña un papel clave en la dirección de artillería y ataques con drones kamikaze, permitiendo el ajuste preciso de los disparos. También es crucial en evacuaciones médicas y coordinación de tropas, al facilitar la transmisión rápida de ubicaciones sin depender de sistemas de radio vulnerables a bloqueos o intercepciones. Actualmente, el sistema opera con decenas de miles de terminales en Ucrania, incluidas hasta 500 unidades adquiridas por el Departamento de Defensa de Estados Unidos en junio de 2023.

Trump, Musk, Starlink y Ucrania

Desde la reciente discusión entre el presidente Donald Trump de EEUU y Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania, ciertas preguntas sobre el futuro de la guerra entre Ucrania quedan sin resolver. Lo que sí parece claro es que Trump ha ordenado paralizar toda la ayuda militar en curso a Ucrania, una jugada que tendrá efectos notables para el país del este de Europa.

Tras ese anuncio de Trump a principios del mes de marzo, las cuestiones sobre los préstamos de servicio de Starlink a Ucrania comienzan a emerger. Estas dudas surgen sobre todo a causa de la cercanía de Musk con el gobierno de Trump y su rol como jefe del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Esta nueva relación profesional entre el inquilino de la Casa Blanca y el magnate abre cuestiones sobre el futuro de la presencia de Starlink en Ucrania.

A mediados de febrero, Reuters publicó un informe que reclamaba que funcionarios estadounidenses habían amenazado con cortar el sistema de Starlink si el país no cumplía con sus exigencias de compartir sus minerales. Musk negó esas afirmaciones a través de su plataforma X, afirmando que el artículo era “falso” y que “Reuters estaba mintiendo”.

Sea verdad o no, a través de esta polémica se comenzó a especular sobre posibles sustitutos para Starlink en Ucrania. Aquí es donde entra en juego la fusión de OneWeb y Eutelsat, ya que a  principios del mes de marzo, la francesa disparó sus acciones en el mercado galo, puesto que se presentaba como la opción más prometedora para reemplazar a Starlink como proveedora en Ucrania. 

Eutelsat

Eutelsat opera aproximadamente 630 satélites en órbita baja, respaldados por 35 satélites geoestacionarios, y es la única constelación global activa además de Starlink, aunque China también ha comenzado a desplegar sus propias redes.

A diferencia de Starlink, cuyo enfoque principal está en los consumidores finales, OneWeb ha dirigido sus servicios hacia sectores como las comunicaciones militares, gubernamentales, marítimas, de aviación, industriales, logísticas y para operadoras. Esta diferencia estratégica se debe a la escala: SpaceX cuenta con una densidad de satélites 10 veces mayor, lo que le permite atender a un mayor número de usuarios simultáneos a través de Starlink.

Expectativas para el futuro 

Musk dejó muy claro mediante unos tweets que “no importa cuánto esté en desacuerdo con la política de Ucrania, Starlink nunca apagará sus terminales”. El emprendedor enfatizó que su empresa nunca será usada como herramienta de presión ni de negociación.  

Los comentarios de Musk surgieron después de que el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Radosław Sikorski, escribiera en una publicación en X que su país "se verá obligado a buscar otros proveedores" de servicios de internet satelital si SpaceX "demuestra ser un proveedor poco fiable".

Sikorski señaló que Polonia estaba gastando alrededor de 50 millones de dólares al año en los servicios de Starlink para Ucrania. Musk respondió al ministro diciendo: "Calla, hombrecillo. Pagas una fracción mínima del costo. Y no hay sustituto para Starlink". Quizás no le falte razón a Elon en la última frase. 

La verdad es que existen competidores para Starlink; la propia Unión Europea pretende lanzar una alternativa llamada GovSatCom. Existe también la opción de Eutelsat con OneWeb, el proyecto Kuiper de Jezz Bezos que pretende lanzar poco más de 3.000 satélites y, por supuesto, China que el año pasado comenzó a activar sus redes Qianfan y Guowang que entre ellas sumarán más de 20.000 satélites. Sin embargo, la realidad es que a día de hoy la ventaja competitiva de Starlink es inmensa. 

Juego de cohetes

A principios de marzo, Europa lanzó con éxito Vega-C y Ariane 6, marcando un hito para la Agencia Espacial Europea (ESA). Pero estos lanzadores no son reutilizables a diferencia de los de Starlink. Esto marca un serio problema tanto económico como logístico para la ESA, ya que los cohetes en órbita baja tienen que ser repuestos cada vez que son empleados.  

A diferencia de otros cohetes, el Falcon 9 de SpaceX es parcialmente reutilizable, lo que le permite recuperar de manera rutinaria tanto el propulsor como las mitades de la cofia. Gracias a esta ventaja tecnológica, la compañía puede lanzar hasta dos misiones Starlink por semana. Además, el Falcon 9 también ha sido utilizado para desplegar satélites de la constelación OneWeb/Eutelsat.

Es complicado que el panorama cambie hasta que la industria aeroespacial privada en Europa, con el respaldo de la ESA, logre desarrollar sus propios cohetes reutilizables. En este sentido, ArianeGroup, la empresa francesa que ha dominado hasta ahora el sector junto con la italiana Avio, lleva la delantera. Sin embargo, su filial MaiaSpace está trabajando en un lanzador de tamaño moderado, Maia, diseñado para transportar entre 500 y 2.500 kg a una órbita heliosíncrona, lo que lo sitúa en competencia directa con el Miura 5, desarrollado por la española PLD Space.



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