Las consecuencias del cohete SpaceX fueron documentadas por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre / U.S. Fish and Wildlife Service EE.UU, que explotó en el Golfo de México recientemente, repartiendo escombros en el área próxima.
Los escombros lanzados, numerosos trozos grandes de hormigón, metal, láminas de acero y otros objetos, se dispersaron por las 142 hectáreas de tierra pertenecientes a SpaceX y el parque estatal de Boca China, provocando un incendio al sur de la plataforma de lanzamiento dentro de dicho parque.
El terreno pertenece al Refugio Nacional de Vida Silvestre del Valle del Bajo Río Grande, si bien parece que no ha habido daños entre la fauna y la flora sujetas a protección. Desde SpaceX se afirmó que lo que resultaron dañados fueron únicamente el propulsor del cohete y la plataforma de lanzamiento.
No obstante, el abogado principal del Centro para Diversidad biológica, Jared Margolis, dijo a CNBC que los daños en la vida silvestre pueden no ser precisos porque se demoraron en llegar al parque. Margolis añadió que, si hubo muertes por el lanzamiento debido a pedazos de metales arrojados a miles de metros en las tierras del Refugio Nacional de Vida Silvestre que son hábitat de especies protegidas, como el chorlito silbador, los cadáveres habrían sido arrastrados por los carroñeros, lo que dificulta evaluar el alcance total de los impactos.