Visto bueno para las dos naves espaciales que forman la misión Proba-3: la Agencia Espacial Europea (ESA), que lidera la misión, ya tiene integrados todos los instrumentos y sensores en las naves. La Agencia explica que ambas "están completamente envueltas en un aislamiento multicapa, listas para ser probadas en condiciones espaciales simuladas".
La empresa española Sener Aeroespacial y Defensa actúa en la misión como contratista principal en estrecha colaboración con un equipo industrial formado por Redwire Space, Airbus Defence and Space en España, GMV Space and Defence y Spacebel.
Las dos naves se encuentran actualmente una frente a otra en una sala blanca de Redwire Space en Kruibeke (Bélgica), con la misma configuración que adoptarán en órbita. Está previsto que Proba-3 se lance en 2024 desde la India con el lanzador PSLV.
Proba-3 después de la integración en Redwire en Kruibeke, Bélgica (ESA).
Con motivo de la integración, una delegación española visitó las instalaciones. El director de la misión Proba-3 de la ESA, Damien Galano, explica que "Proba-3 cuenta con contribuciones de toda Europa, pero su principal instrumento coronógrafo procede del Centre Spatial de Liège (CSL) de Bélgica, y sus satélites se han integrado aquí, en Redwire Space".
Las plataformas de los satélites, por su parte, han sido diseñadas por Airbus Defence and Space en España. Así pues, explica Galano, "estos dos países están a la cabeza de la misión, y esta visita ha brindado a sus delegaciones la oportunidad de ver por sí mismas este hito".
La misión
Durante la fase de observación de sus órbitas, "las dos naves formarán una línea recta en el espacio con el Sol exactamente a 144 metros una de otra, de modo que la nave Occulter -equipada con un disco redondo- proyectará una sombra sobre la segunda nave Coronagraph".
De este modo, el Oculter "bloqueará el brillante disco solar para permitir al Coronógrafo obtener imágenes de la tenue atmósfera exterior del Sol, conocida como corona, durante un máximo de seis horas seguidas".
En la Tierra, la corona "solo es visible durante unos instantes en los raros eclipses solares, pero la disponibilidad de una observación sostenida debería resolver muchos misterios de la corona solar, entre ellos por qué es un millón de grados más caliente que la superficie del Sol de la que irradia".
El ingeniero de sistemas de carga útil, Jorg Versluys, explica que "los observatorios terrestres y espaciales suelen incorporar coronógrafos que bloquean el Sol -la nave espacial SOHO de la ESA y la NASA es un ejemplo famoso-, pero su eficacia se ve limitada por la luz que se derrama por los bordes del disco, un fenómeno llamado difracción. Al alojar nuestro coronógrafo en una nave espacial separada, reducimos la difracción y aumentamos la visibilidad general de los alrededores del Sol. Y si observamos de cerca el borde del Oculter, veremos que se ha curvado con precisión para reducir aún más los efectos de la difracción".
Las observaciones continuadas "sólo serán posibles si la nave entra en formación durante un periodo prolongado de tiempo, lo que a su vez será posible gracias a un conjunto de métodos de guía y control a bordo que incluye receptores de navegación por satélite, enlaces de radio entre satélites, láseres y cámaras ópticas".
La pareja de satélites volará en una órbita muy alargada (o elíptica) de 19 horas y media de duración en la que se aventurarán a un máximo de 60.530 km de la Tierra, "realizando observaciones en la parte superior de cada órbita para minimizar los efectos gravitatorios y de iluminación de nuestro planeta. Durante el resto de su órbita volarán libremente una respecto de la otra".
En abril, las naves se enviarán a IABG (Alemania) para iniciar una campaña de pruebas ambientales de cuatro meses de duración, en la que se simularán todos los aspectos del lanzamiento y los entornos espaciales.