La agencia espacial rusa Roscosmos anunció el pasado sábado, solo tres días después del comunicado conjunto con la NASA, un nuevo plan en caso de emergencia en la Estación Espacial Internacional (ISS) tras la avería de la nave rusa: el astronauta estadounidense Frank Rubio podría regresar a la Tierra en una nave Dragon de SpaceX, actualmente acoplada en la ISS.
El comunicado con la agencia estadounidense revelaba que el plan era que la nave averiada, Soyuz MS-22, regresara vacía a la Tierra para después mandar otra nave, Soyuz MS-23, el próximo 20 febrero. En ella regresarían los tres astronautas Sergei Prokopiev, Dmitry Petelin y Frank Rubio.
Sin embargo, ahora Roscosmos ha evaluado que, en caso de una emergencia que no permitiese realizar el plan consensuado, Rubio volvería a la Tierra en la nave Dragon para que "el descenso de dos cosmonautas en lugar de tres en Soyuz MS-22 será más seguro, ya que ayudará a reducir la temperatura y la humedad en la nave".
Además de los tres astronautas, en la ISS se encuentran también otras cuatro personas: dos más de la Nasa, uno ruso y otro japonés, que llegaron el pasado octubre en la citada nave Dragon.
Sin peligro para los astronautas
La fuga, calificada como "bastante significativa", se detectó por primera vez a las 1:45 del sábado 14, cuando los sensores de presión del circuito de enfriamiento proporcionaron datos más bajos de los habitual, lo que hizo saltar las alarmas de que algo podría estar ocurriendo.
Según Roscosmos, "la tripulación informó de que el dispositivo de advertencia del sistema de diagnóstico del barco se disparó, lo que indica una caída de presión en el sistema de enfriamiento". Después, "una inspección visual confirmó la fuga", decidiendo "interrumpir las actividades extravehiculares planificadas por los miembros de la tripulación".
La cosmonauta rusa Anna Kikina, utilizando la cámara del módulo Nauka de Rusia en la estación espacial, "fotografió y filmó la superficie exterior de la nave", según Roscosmos, para recabar datos y transmitirlos a la Tierra.
A pesar del incidente, ninguno de los miembros de la tripulación a bordo de la estación espacial se encontró en peligro, pues la fuga se estaba produciendo de manera externa, por lo que se pudieron realizar las operaciones habituales en la Estación durante todo el día.