EEUU se comprometió a prohibir la realización de pruebas de misiles antisatélite de ascenso directo (ASAT). Lo hizo el pasado lunes en un comunicado realizado por la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris. En el comunicado, además, se hizo hincapié en que esta práctica debería trasladarse al ámbito internacional.
Según las palabras de Harris: “Estos esfuerzos benefician a todos los países”. Estas declaraciones empujan el ideal de la administración del presidente Joe Biden, que ya anunció el pasado diciembre que se anunciarían medidas para preservar la seguridad y la sostenibilidad del espacio y las actividades espaciales. Esta iniciativa se dejó a cargo del Consejo de Seguridad Nacional, los Departamentos de Defensa y de Estado y diferentes agencias de seguridad.
La utilización de estos misiles ASAT generan en órbita unos desechos de larga duración que amenazan la seguridad y el buen funcionamiento de los satélites en órbita. Este tipo de pruebas han demostrado ser un peligro para la seguridad espacial como ya sucedió el pasado noviembre, cuando Rusia realizó una prueba con ASAT que generó delicados residuos espaciales.
El administrador de la NASA, Bill Nelson, también ha declarado a favor de esta prohibición, enfatizando la utilización de estas armas por parte de otras naciones: “Hace 15 años, el ejército de China llenó el espacio exterior con miles de escombros de una imprudente prueba de misiles ASAT. Hace apenas unos meses, otra prueba ASAT destructiva realizada por el ejército ruso amenazó a los astronautas estadounidenses y europeos, los cosmonautas rusos y los chinos en el espacio, así como a los activos científicos y comerciales en órbita”.
Nelson añadió que “No hay duda de que los vuelos espaciales tripulados y el futuro del entorno espacial son incompatibles con las pruebas destructivas de misiles ASAT de ascenso directo”. “Animo al mundo a unirse a nosotros para hacer este importante compromiso”.