En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas instituyó la Semana Mundial del Espacio (WSW, por sus siglas en inglés), que tendría lugar todos los años entre el 4 de Octubre y el 10 de Octubre. Estas fechas conmemoran dos acontecimientos importantes en la historia de la tecnología espacial y sus aplicaciones: el 4 de Octubre de 1957 Rusia lanzó el primer satélite al espacio, Sputnik, y exactamente diez años más tarde, un 10 de Octubre, entró en vigor el Tratado sobre el espacio exterior, actualmente ratificado por 107 estados.
Según la declaración oficial de la WSW, el objetivo principal de dicho acontecimiento es “reforzar el vínculo entre el Sector Espacial y la sociedad, a través de la educación pública, la participación social, y el diálogo sobre el futuro de la actividad espacial, utilizando como tema central la Semana Mundial del Espacio”. El año pasado, el lema escogido para la WSW fue: “Explorando nuevos mundos en el espacio”. Para este año el lema nos propone fijarnos en el mundo que ya conocemos: “El espacio acerca a los pueblos del mundo”. Es un lema que desde luego invita a reflexionar sobre la contribución del Sector Espacial en la misión de unir a los diferentes pueblos y naciones que componen la Tierra.
Tal vez lo más destacable sería comentar las diferentes aplicaciones del Sector Espacial que tienen vínculo directo con la unión y acercamiento de los diferentes países. Basta con mencionar algunos ámbitos del Sector como las Telecomunicaciones, los instrumentos de Observación de la Tierra o los sistemas de Navegación, para que hasta la persona más alejada de las tecnologías espaciales, sea capaz de entender las implicaciones que éstas han tenido, y siguen teniendo en la interconexión de las diferentes partes del mundo, la internacionalización y, en definitiva, el acercamiento de los pueblos del mundo.
Si trascendemos un poco más, al conversar con cualquier astronauta le escucharemos decir que desde el espacio no se ven las fronteras.
Sin embargo, hay un aspecto que, con demasiada frecuencia, pasa totalmente desapercibido: el efecto que los procesos y métodos para el desarrollo de los programas, proyectos y tecnología espacial tienen en la vasta misión de acercar a los pueblos. Me refiero al impacto directo que tiene el Sector Espacial en las Relaciones Internacionales. Sobre esto, me gustaría señalar dos realidades muy básicas y a la vez de mucho valor para el mundo en que vivimos.
La primera, es precisamente que los proyectos espaciales, por su propia naturaleza, complejidad tecnológica y elevado coste, tienen la virtud de establecer vínculos entre diferentes naciones aún cuando pueda haber tensiones importantes entre ellas. La segunda idea, es la gran responsabilidad e influencia que tienen los gobernantes y las relaciones internacionales en el progreso y desarrollo de la tecnología espacial.
Hay tres anécdotas muy ilustrativas para ejemplificar el primer concepto. Una de ellas se trata del papel que jugó el Sector Espacial en la détente que abrió un paréntesis durante la Guerra Fría. En medio de las tensiones entre Rusia y EEUU tuvo lugar la misión Soyuz-Apollo, también conocida como ASTP (Apollo-Soyuz Test Project) por sus siglas en inglés. El momento culminante fue en Julio de 1975, cuando estando aún vigente la carrera espacial, Thomas Stafford (NASA) y Alexey Leonov (Roscosmos), se dieron un apretón de manos en el espacio. Tal acontecimiento no sólo supuso un hito al ser la primera maniobra de acoplamiento entre dos naciones en el espacio, sino que además puso fin a la carrera espacial implicando una bajada de tensión directa entre Rusia y EEUU.
Como ejemplos más cercanos en el tiempo, cabe destacar el papel que la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) y los Vuelos Espaciales Tripulados han tenido, y siguen teniendo, en las relaciones internacionales. En 2014, Rusia se anexionó Crimea. Inmediatamente después EEUU - así como la Unión Europea - impuso una serie de sanciones a Rusia que afectaron a varios diplomáticos y diferentes sectores como el financiero o el energético.
Sin embargo, el sector espacial, y concretamente las misiones de vuelos tripulados, quedaron intactas. Mientras en la Tierra las tensiones aumentaban, institucionalmente, los países miembros de la Estación Espacial Internacional hacían acto de total comunión a través de sus embajadores en el espacio. En 2016 EEUU impuso nuevas sanciones a Rusia por inferencias durante las elecciones presidenciales. A día de hoy, la situación es similar. En 2018, a raíz de las investigaciones de los envenenamientos de Sergei y Yulia Skripal, EEUU y la UE han impuesto varias sanciones a Rusia, quedando nuevamente indemne el sector espacial.
En 2017, varias agencias espaciales, entre ellas la NASA, ESA y Roscosmos, llegaron incluso a firmar un nuevo acuerdo para el desarrollo de la Plataforma de Espacio Profundo (LOP-G, Lunar Orbital Platform - Gateaway), la primera estación espacial que estará en órbita lunar. Por último, a modo de ejemplo de la virtud unificadora del Sector Espacial en plenas negociaciones del Brexit, merece la pena destacar la Agencia Espacial Europea. La ESA - con sus 22 estados miembros - ha sido capaz de integrar bajo su paraguas, a países como Noruega o Suiza que no forman parte de la Unión Europea. Siendo cierto que la UE tiene estados miembros que no lo son de la ESA - Chipre, Croacia, Bulgaria, etc. -, lo interesante es que la Unión Europea, como tal, sí que participa directamente en la actividad de la ESA, y por lo tanto no es erróneo decir que la Agencia sobrepasa las fronteras de la UE. En el caso concreto de Gran Bretaña, a través de su participación en la ESA, queda claro que el Sector Espacial será uno de los vínculos colaborativos y cooperativos que permanecerán respecto al resto de estados miembros a pesar del Brexit.
El segundo hecho básico que vale la pena recordar es que, si bien es cierto que el sector espacial puede contribuir a la mejora de las relaciones internacionales, dicho camino es una vía de doble dirección. Es decir, las relaciones internacionales también tienen el poder de influir directamente sobre el desarrollo de la tecnología espacial, para bien y para mal. Por tanto, es de vital importancia que el sector espacial trabaje estrechamente con los gobiernos correspondientes para asegurarse de que las diferentes situaciones geopolíticas no repercutan perjudicialmente en el desarrollo científico-tecnológico y, por qué no decirlo también, en la economía.
Hay una anécdota muy elocuente sobre la misión Soyuz-Apollo que poca gente conoce. Se trata del desarrollo del sistema de acoplamiento APAS (Androgynous Peripheral Assembly System), es decir, el sistema interfaz entre las naves Soyuz y Apollo. Inicialmente los ingenieros propusieron desarrollar un sistema de acoplamiento anteriormente utilizado y de probada robustez. Se trataba de un sistema de acoplamiento cónico con partes macho y hembra. Debido a las tensiones políticas generadas durante la Guerra Fría, se conoce que el sistema de acoplamiento andrógino - APAS- tuvo que ser desarrollado ya que los rusos y americanos no se ponían de acuerdo en quién debía ser la parte macho o hembra del sistema de acoplamiento. (Hay que situarse en el contexto socio-cultural de la época). Es verdad que técnicamente el sistema APAS presenta también sus ventajas, como pudiera ser la versatilidad del mismo, pero lo interesante es ver la influencia directa de las relaciones internacionales en el trabajo de los ingenieros.
En un ejemplo mucho más cercano a nosotros en el tiempo, hay que ver qué impacto tiene la salida de Gran Bretaña de la UE en el Sector Espacial británico. Por lo pronto, este año ya se ha confirmado el traslado del Centro de Seguridad Galileo de Swanwick (Reino Unido) a Madrid. En este caso, España saldrá beneficiada en detrimento del Reino Unido. Otra consecuencia del Brexit, salvo que se consiga firmar un acuerdo bilateral entre la ESA y el Reino Unido, será el cese de la participación de los segundos en el programa Copérnico de la ESA - cuyo cliente es la Comisión Europea-. Por tanto, estos dos últimos ejemplos demuestran que no siempre “el espacio acerca a los pueblos del mundo”. Tristemente, hay casos en los que se podría decir que “el alejamiento de los pueblos del mundo aleja, también, el espacio”.
Con todo esto, en el contexto de la Semana Mundial del Espacio, merece la pena reflexionar, nuevamente, sobre el valor añadido de la industria espacial al bienestar de los pueblos y a las relaciones internacionales. Como se indicó anteriormente, no son sólo las tecnologías y aplicaciones espaciales las que aportan valiosas ventajas a la globalización y la interconexión del planeta, como por ejemplo las Telecomunicaciones o la Observación de la Tierra. El mismo desarrollo de dicha tecnología es ya un valor añadido en sí, por la oportunidad que ofrece a los diferentes países de colaborar, a través de sus ingenieros y científicos, al mejor entendimiento entre las nacionalidades involucradas en los sistemas tan complejos que se desarrollan.
Los altos ejecutivos de las empresas del sector espacial y las oficinas de comunicación y de relaciones públicas de las mismas, deberían tomar nota y esforzarse por comunicar este hecho a los gobiernos. A su vez, sería interesante que los gobernantes exploten más la capacidad de aunar y de establecer vínculos con otras naciones que tiene el Sector Espacial. Es fundamental para esto ver en las empresas del Sector aliados para sus políticas de exterior y creer que cada ingeniero espacial de su país, profesionales con una red de contactos internacionales, es un potencial embajador de su propia nación.
Es un hecho que existe un tejido social eminentemente internacional en el sector espacial. Los ingenieros somos agentes de acercamiento. Podemos discutir y negociar sobre los niveles de ensayo de una estructura, o la mejor forma de disipar las cargas térmicas de un equipo electrónico. Pero en los ratos de distensión, nuestra naturaleza analítica y curiosa nos empuja a acercarnos a la cultura, costumbres y el modo de entender la vida de nuestros colegas de otros países.
Por último, no olvidemos que las relaciones internacionales tienen también el poder de acercarnos o alejarnos del espacio. Sería un buen mantra a repetir “el acercamiento de los pueblos, acerca, también, el espacio”. Y así, estaremos en buenas condiciones para la Semana Mundial del Espacio del año que viene: “La Luna: portal a las estrellas”.