Este verano, en todo el mundo, astrónomos profesionales y aficionados se fijarán en una pequeña constelación del Hemisferio Norte. Pero no son las siete estrellas de la Corona Boreal, la ‘Corona del Norte’, las que han despertado tanta fascinación. Es un punto oscuro entre ellas donde, en septiembre o quizás antes, se producirá la explosión de una nova recurrente, tan brillante que será visible desde la Tierra a simple vista y durante varios días consecutivos.
"Es un evento único en la vida que creará muchos astrónomos nuevos, brindando a los jóvenes un acontecimiento cósmico que podrán observar por sí mismos, haciéndose sus propias preguntas y recopilando sus propios datos", dice la doctora Rebekah Hounsell, científica investigadora asistente especializada en eventos de novas en el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. "Alimentará a la próxima generación de científicos".
El punto oscuro se llama T Coronae Borealis, y es conocida por los astrónomos simplemente como T CrB, un sistema binario ubicado en la Corona del Norte, a unos 3.000 años luz de la Tierra. El sistema está compuesto por una enana blanca (un remanente del tamaño de la Tierra de una estrella muerta con una masa comparable a la de nuestro Sol) y una antigua gigante roja que lentamente está siendo despojada de hidrógeno por la implacable atracción gravitacional de su hambrienta vecina.
El hidrógeno de la gigante roja se acumula en la superficie de la enana blanca, provocando una acumulación de presión y calor. Con el paso del tiempo, desencadena una explosión termonuclear lo suficientemente grande como para hacer volar ese material acumulado. En el caso de T CrB, ese evento parece repetirse, de promedio, cada 80 años.
No hay que confundir una nova con una supernova, una explosión final y titánica que destruye algunas estrellas moribundas, explica Hounsell. En un evento de nova, la estrella enana permanece intacta, enviando el material acumulado al espacio en un destello cegador. El ciclo suele repetirse a lo largo del tiempo, un proceso que puede durar decenas o cientos de miles de años.
"Hay algunas novas recurrentes con ciclos muy cortos, pero normalmente no vemos un estallido repetido en el transcurso de la vida humana, y rara vez uno tan relativamente cerca de nuestro propio sistema solar", añade la científica de la NASA. "Es increíblemente emocionante tener este asiento en primera fila".
Cómo encontrar en el cielo la estrella T CrB
El primer avistamiento registrado de la nova T CrB fue hace más de 800 años, en el otoño de 1217, cuando un hombre llamado Burchard, abad de Ursberg, Alemania, anotó que "una estrella débil que durante un tiempo brilló con gran luz".
La nova T CrB fue vista por última vez desde la Tierra en 1946. Su comportamiento durante la última década parece sorprendentemente similar al observado en un período de tiempo similar antes de aquella erupción. Si el patrón continúa, sostienen los investigadores, el evento de nova podría ocurrir en septiembre de 2024.
¿Qué deberían buscar los cazaestrellas? La Corona del Norte es una curva de estrellas en forma de herradura al oeste de la constelación de Hércules, y es ideal para observarla en noches despejadas. Puede identificarse localizando las dos estrellas más brillantes del Hemisferio Norte, Arcturus y Vega, y siguiendo una línea recta de una a la otra, lo que llevará a los observadores del cielo a Hércules y la Corona Boreal.
El estallido será breve. Una vez que entre en erupción, la nova será visible a simple vista durante poco menos de una semana, pero Hounsell confía en que será todo un espectáculo digno de ver.