El centro delegado de la Agencia Espacial Europea (ESA) perteneciente a la Universidad Politécnica de Madrid (E-USOC) ha ejecutado con éxito el experimento de la Agencia Espacial Británica, Particle Vibrations, después de tres meses de operaciones en la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés).
El objetivo de este experimento ha sido estudiar las estructuras que se forman cuando un líquido con partículas en suspensión se somete a vibraciones y se la aplican diferentes temperaturas. Estas estructuras se forman por la acumulación de dichas partículas, en un proceso denominado convección termovibracional en microgravedad.
Los investigadores de la UPM explican que “desde el E-USOC nos encargamos de preparar las operaciones previamente a que el experimento sea instalado, damos soporte durante la instalación y desinstalación física del experimento por parte de los astronautas en la ISS que lo insertan en el laboratorio Microgravity Science Glovebox, y posteriormente lo operamos”.
Las operaciones ha consistido en la realización de una serie de experimentos sobre las muestras científicas para caracterizar su comportamiento con respecto a los fenómenos termovibracionales. El investigador principal Marcello Lappa, de la Universidad de Strathclyde en Glasgow, pretende demostrar a través de este experimento la habilidad que tienen los efectos térmicos y vibracionales para formar estructuras de partículas en suspensión.
SODI, el instrumento clave para a investigación
Particle Vibrations utiliza el instrumento modular SODI (Selectable Optical Diagnostics), que incorpora diversas técnicas ópticas de diagnosis. El hardware, desarrollado por la ESA y destinado principalmente a mecánica de fluidos, lleva en órbita en la Estación Espacial Internacional desde 2009.
Recientemente ha sido ampliado gracias a investigaciones de la agencia espacial británica para permitir la ejecución de experimentos en los que intervienen líquidos multifase, como es el caso de Particle Vibrations.
Los responsables del E-USOC aseguran que “SODI ha demostrado en más de una década de vida su gran capacidad de explotación y adaptación para, en un mismo instrumento, investigar fenómenos muy distintos”.