Viene de ‘Con los pies en la Tierra: Visión crítica de la Estrategia Espacial de la UE (I)'
De particular interés desde el punto de vista de capacidades, es el epígrafe dedicado a la Potencia para la seguridad y defensa.
Como principio general es destacable la llamada a “maridar” el programa espacial (civil) de la UE con la componente de defensa mediante la incorporación de los requisitos militares a futuros programas o a la actualización de los mismos.
El maridaje entre EDA por la parte militar en cuanto a la identificación de requisitos, y EUSPA en cuanto la certificación y explotación de los sistemas duales, de llevarse a cabo satisfactoriamente, producirá no sólo sinergias sino contribuirá a potenciar la redundancia de la arquitectura espacial de la UE.
En cuanto a las diferentes capacidades, el documento proporciona clara directrices a futuro de cara a su evolución.
Así en las capacidades de navegación PNT, se destaca la necesidad de potenciar el servicio público regulado (PRS) mediante “cargas de pago complementarias” aprovechando las oportunidades de financiación vía EDF, PESCO etc.
En las capacidades de Observación, se hace la única referencia en el texto en relación al conflicto de Ucrania al calificarlas como “gamechanger”. Por ello, el documento marca la línea de la evolución de las capacidades del programa Copernicus para incorporar ciertos requisitos de Defensa, ya que hasta ahora, los únicos servicios próximos al ámbito de Defensa, tienen relación con los llamados “servicios de seguridad” y “de emergencias” de naturaleza gubernamental, pero de enfoque y gestión eminentemente civil. Nuevamente se busca la complementariedad y sinergias entre la acción de organismos tales como SATCEN orientados a las necesidades de defensa y EUSPA con un enfoque hasta la fecha eminentemente civil.
En cuanto a comunicaciones seguras, la novedad en este caso, es la incorporación de los servicios de valor añadido de la recientemente anunciada constelación IRIS, junto con las capacidades GOVSATCOM aportadas por varios Estados de la Unión. De nuevo se hace una llamada, a tener en cuenta las necesidades de defensa en el desarrollo de la constelación IRIS, que puede interpretarse más como un compromiso para integrar en una misma arquitectura, capacidades de muy alta gama, junto con necesidades de comunicaciones satelitales de usuarios de ámbitos muy heterogéneos, incluso conjugando fines de apoyo al desarrollo en regiones como África a través de servicios de conectividad.
El desarrollo de capacidades nacionales SDA podrá beneficiarse de financiación de la UE, condicionado a la complementariedad con los servicios SST y a asegurar el flujo de información hacia la arquitectura de respuesta a amenazas espaciales.
El apoyo a la innovación y competitividad viene explicitado declarando el deseo de promocionar ideas y conceptos promovidos por start-ups sobre tecnologías disruptivas (quantum space gravimetry, in –orbit servicing) que tengan aplicación para la defensa con el apoyo del grupo de tecnología de la EDA.
Por último, en cuanto el uso seguro (responsable) del espacio, dado que se concibe como un “Global Common”,la visión de la UE se orienta a promover un sistema basado en buenas prácticas, y el respeto a principios que aseguren el uso pacífico por el creciente número de actores a través del ejercicio de una “diplomacia espacial” a través foros internacionales en el marco de las Naciones Unidas y un diálogo con los principales actores espaciales.
En este último caso, además del obligado diálogo con Estados Unidos, para la seguridad espacial, se identifican Estados como Noruega y Canadá, pero curiosamente se omiten referencias a países como el Reino Unido que aún fuera de la Unión, mantiene su carácter de potencia espacial y estrechas relaciones de defensa y seguridad, así como industriales con la Unión.
El diálogo con la OTAN también se explicita en la dirección de promover actividades conjuntas tales como reuniones, ejercicios comunes etc. que, aunque pueda calificarse de “mínimos” pretende asegurar un adecuado nivel de comunicación y entendimiento mutuo.
Como conclusión, sobre el espíritu de la estrategia espacial de seguridad y defensa de la UE, puede afirmarse que el documento destila un declarado alto nivel de ambición y una marcada visión global, asumiendo el espacio como un verdadero dominio de operación, llamado además de estar en expansión en el futuro.
No obstante, la visión global, en cuanto a conocimiento y libertad de acción en el espacio, deja fuera del perímetro, la ambición de dotarse de ciertas capacidades defensivas que continuarán por un tiempo residiendo exclusivamente en el ámbito nacional de los Estados miembro y de posibles adversarios.
En el lado positivo de la balanza hay que destacar la voluntad de aproximar los ámbitos civil y militar y lograr sinergias para asegurar los servicios y la resiliencia de las diferentes capacidades. Para dotar de músculo a tan ambiciosa visión estratégica, se encuentra el elevado volumen de recurso económico que la UE puede generar a través de sus diferentes programas e iniciativas, tanto en el ámbito civil como en el de Defensa.
En contra de una plena implantación de la estrategia espacial de seguridad y defensa, jugarían dos factores. Por un lado, el elevado número de actores implicados, tales como instituciones y organismos de la Unión (Comisión, Alto Representante, EDA, EUSPA, SATCEN etc.), Estados Miembros y otras organizaciones (ESA, ONU) y naciones -potencias espaciales, que constituyen un universo de actores difícil de alinear.
Y, en segundo lugar, las complejidades de los procesos de toma de decisión propios de la Unión, que producen avances firmes, pero a ritmos lentos y rara vez de carácter radical. Por todo ello, habrá que seguir con los pies bien asentados en la Tierra, la evolución e implantación de la Estrategia de Seguridad y Defensa de la UE en el espacio.