Menos croquetas de boletus y más transparencia informativa
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Menos croquetas de boletus y más transparencia informativa

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(infoespacial.com) En ocasiones una pequeña anécdota revela mucho más sobre una tendencia que decenas de sesudos estudios sociológicos. El ejemplo que nos ocupa ocurrió en la ESAC, el Centro Europeo de Astronomía Espacial, a las afueras de Madrid, el pasado 6 de noviembre. Mariano Rajoy acababa de pronunciar su esperado discurso sobre la importancia del espacio para el desarrollo de nuestra economía. Los asistentes salieron por tres puertas. Cuando algunos representantes de los medios de comunicación intentaron seguir al presidente del Gobierno y a las autoridades por la puerta de la derecha, varias personas les indicaron amablemente que “la prensa debía salir por la de la izquierda”.

Un periodista y un fotógrafo siguieron a varias camareras que portaban bandejas de croquetas de boletus y por puro azar ambos se encontraron en medio del cóctel en el que departían amistosamente la flor y nata de la industria espacial española con altos cargos del Ejecutivo y de la Agencia Espacial Europea (ESA). Allí estaban todos reunidos en un recinto de unos 300 metros cuadrados. El ministro de Industria José Manuel Soria, el primer astronauta español Pedro Duque, los máximos responsables de las principales empresas del ramo...

La ocasión era inmejorable para poder enriquecer la crónica del día. No en vano se estaba celebrando el 50º aniversario de la cooperación espacial en Europa. Habría bastado con acercarse a algún corrillo y arrancar una declaración exclusiva.

Pero alguien de Moncloa detectó a los “intrusos”. “Vosotros no podéis estar aquí”, espetó una señora vestida con un traje amarillo. “Es cerrado a la prensa”, aclaró de inmediato al ver la cara de asombro que ponían sus dos interlocutores. El mohín de protesta del periodista quedó mitigado por la llegada de otras personas. Nada de escándalos. No se habían colado adrede. Fue un simple malentendido. “Hay dos cócteles. El vuestro está en otro edificio”, agregó la señora del vestido amarillo, mientras les lanzaba una embarazosa sonrisa.

En la puerta de la sala había otra compañera de profesión que estaba indignada porque no la dejaban entrar y trabajar como ella quería. “Yo no he venido aquí por el cóctel. Me gustaría hacer una par de preguntas a Rajoy”, protestaba ante un estoico asesor del Gabinete de la Secretaría de Estado de Comunicación. De poco sirvieron sus quejas por la falta de transparencia informativa. “Señorita, esto es lo normal. Este acto tiene el acceso restringido”. Lo lamentable es que estas prácticas opacas se han convertido ya en algo "normal" y consentido. Y en el otro cóctel, por supuesto, no había croquetas de boletus...



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