Los jefes de las principales agencias espaciales del mundo se reunieron en Marrakech para reafirmar su compromiso con un enfoque coordinado para la vigilancia del clima de la Tierra, con especial énfasis en el ciclo del agua. Las agencias acordaroncontinuar con el suministro de datos espaciales para la hidrología. La ciudad del sur de Marruecos acoge desde el pasado día 7 y hasta el próximo día 18 la cumbre de cambio climático COP22.
Durante la reunión del 11 de noviembre, organizada por el Morocco’s Royal Centre for Remote Sensing (CRTS) y la Agencia Espacial de Francia (CNES), se trataron temas como los cambios en las precipitaciones y la aceleración del derretimiento de los glaciares, provocados por el cambio climático. Estos problemas tendrán efectos directos sobre los ecosistemas y las sociedades de todo el mundo.
Para intentar solucionar estos problemas es imprescindible disponer de métodos de observación operacionales para cuantificar los cambios actuales en el ciclo del agua y sus efectos, así como el desarrollo de modelos predictivos para mejorar la capacidad de predicción.
Las agencias llegaron a la decisión de proponer nuevas misiones para mejorar y complementar las medidas actuales que se llevan a cabo en otros ámbitos relacionados con el medio ambiente y, específicamente, con el cambio climático.
Así mismo, las agencias también pretenden apoyar iniciativas que refuercen la creación de capacidad para promover el uso de estos nuevos datos con el fin de mejorar el pronóstico y ayudar a la toma de decisiones más eficaz en la gestión de los recursos hídricos.
Una serie de misiones de observación de la Tierra de la Agencia Espacial Europea (ESA) ya proporcionan una gran cantidad de datos sobre este tema, como es el caso de Smos, Cryosat, Goce o los satélites Séntinel del programa Copérnico.
La reunión supuso una oportunidad para los jefes de las agencias espaciales para el seguimiento de un tema clave que se trató en la COP21 del año pasado en París: el seguimiento de dióxido de carbono desde el espacio.
La ESA y la Comisión Europea ya han comenzado a definir un sistema de monitoreo de carbono en dióxido global con el apoyo de la NASA y la Agencia Espacial de Japón (JAXA).
Fotografía: ESA