Increíble, pero cierto. La nave espacial Voyager 1 de la NASA, que lleva casi medio siglo surcando el espacio, vuelve a estar en pleno funcionamiento y los cuatro instrumentos científicos que lleva abordo envían datos útiles a la Tierra.
Los problemas comenzaron en noviembre de 2023, cuando la Voyager 1 perdió su capacidad de comunicarse con el centro de control terrestre. Más específicamente, comenzó a transmitir datos ininteligibles en lugar de los ceros y unos normales del código binario.
Teniendo en cuenta que fue lanzada por los estadounidenses en septiembre de 1977, no es extraño que el estado de salud de esta nave espacial legendaria pudiera estar empeorando. Pero lo formidable de la Voyager 1 es que se encuentra en un territorio interestelar completamente inexplorado, nada menos que a unos 24.000 millones de kilómetros del Planeta Azul.
El tenaz equipo de la Voyager 1 estaba decidido no sólo a descubrir qué salió mal, sino también a solucionar el problema. ¡Y lo han conseguido! ¡Eureka! Los controladores identificaron dónde se encontraba el fallo: el subsistema de datos de vuelo (FDS por sus siglas en inglés), utilizado para empaquetar los datos que se envían a la Tierra. Investigaciones adicionales revelaron el chip exacto que causaba el contratiempo, lo que les permitió encontrar una solución.
Después de que el equipo pusiera el código en una nueva ubicación en el FDS, la Voyager 1 finalmente envió datos inteligibles el 20 de abril de 2024, pero solo desde dos de sus cuatro instrumentos científicos. Ahora, apenas dos meses después, los dos instrumentos científicos restantes del ingenio están nuevamente en funcionamiento, comunicándose efectivamente con el control de la misión.
Incluso si la Voyager 1 se hubiera apagado para siempre, su misión habría sido un enorme éxito. El objetivo era estudiar los dos planetas colosales Júpiter y Saturno, lo que consiguió en 1980, mientras que su nave espacial gemela, la Voyager 2, pasó a investigar Urano y Neptuno, es decir, los confines del Sistema Solar.
Pero la Voyager 1 ha hecho un camino imparable y revolucionario, pues entró en 2012 en el espacio interestelar, emitiendo datos cruciales sobre este misterioso reino. El espacio interestelar comienza en aquella zona del espacio donde la burbuja magnética del Sol se debilita y llega a su fin. Esa burbuja magnética, conocida como heliosfera, está llena de gas ionizado o plasma.