Infoespacial.com dialogó con el gerente del área espacial de la empresa rionegrina Invap, ingeniero Gabriel Absi, quien profundizó sobre la primera exportación de tecnología del área espacial al mercado europeo.
¿En qué consiste esta primera exportación de tecnología espacial al mercado europeo?
Se trata de sensores solares gruesos para la empresa OHB- Italia para ser destinados a satélites conocidos como de orbita baja, que orbitan entre los 400 y 700 kilómetros. Estos componentes son utilizados para apuntar el satélite hacia el Sol, encontrarlo y apuntar hacia él particularmente cuando hay alguna emergencia donde se requiere cargar batería y poner al satélite en una condición estable desde el punto de vista de temperatura, esperando hasta pasar por alguna estación terrena y que los operadores puedan resolver el inconveniente y volverlo a apuntar a su apuntamiento nominal. Son sensores muy confiables por eso se los utilizan en los modos seguros del satélite.
¿Cómo fue el desarrollo de estos componentes?
Esto es un desarrollo que ha hecho la Argentina para sus misiones espaciales, allá por el año 2000, que se utilizó para un satélite que hicimos en conjunto con la NASA, el SAC-D/Aquarius. Después esos sensores se utilizaron en dos satélites que nuestra agencia espacial hizo en acuerdo con la agencia espacial italiana, los Saocom, el 1A y el 1B, uno se lanzó en el 2018, el otro se lanzó en el 2020. También hicimos una exportación de estos sensores a Brasil para la misión Amazônia-1. Se trata de un desarrollo argentino que ya esta probado en varias misiones argentinas y extranjeras. Son muy confiables, tienen una muy buena performance, y un precio acorde a los precios del mercado. Esta empresa italiana nos contactó hace un tiempo atrás a ver si le podíamos hacer esta provisión. Hicimos una oferta técnica económica y aceptaron.
Estos sensores solares ¿Qué dimensión tienen? ¿Qué volumen representan para el satélite? ¿Qué características poseen?
Son cosas muy pequeñas del orden de tres centímetros por tres centímetros. Muy livianas, de tan sólo algunos gramos. No son muy sofisticados en términos que tengan mucha electrónica. Precisamente como tienen que ser algo confiable es bastante simple. El desarrollo principal está en la celda fotovoltaica, la Argentina después tiene una mecánica que permiten adherirlo al satélite. Esto es provisión 95-98% nacional, se hace todo acá. Hay algunos insumos que no se fabrican en el país y que obviamente hay que comprarlos, pero es una parte muy poco representativa. El diseño es 100% nacional, fue una idea conjunta de Invap y el laboratorio de desarrollo del área solar de la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica), fue una idea conjunta de hacer este censor con estas características, aprovechando el conocimiento que ellos tenían en celdas solares de uso terrestre, a desarrollar celdas con características para ser aptas para el espacio.
¿Cómo es el testeo de estos componentes que pueden salvar a un satélite cuando entran en algún fallo? ¿Cómo se realizan estas pruebas?
Acá en Argentina tenemos facilidades de ensayo. En Invap tenemos una empresa que se llama Ceatsa (Centro de Ensayos de Alta Tecnología Sociedad Anónima), de capital mixto, en asociación con Arsat, donde tenemos todo el equipamiento para hacer ensayos que requieren los proyectos espaciales. También la CNEA tiene algunas facilidades de ensayo más propias para lo que son las celdas de este tipo. Los ensayos se hicieron en conjunto, unos en CNEA, y otros acá en Ceatsa para garantizar que estas celdas cumplen con los niveles de calidad y con las prestaciones que tienen que tener en habientes tan hostiles como el espacio.
¿Qué representa para Invap esta introducción a un nuevo mercado?
Es un paso muy importante, desde el punto de vista de la venta no es una venta significativa en términos de plata, pero sí permite comenzar a entrar al mercado europeo. Invap ya tiene renombre a nivel mundial en el área nuclear, en el aérea espacial nos estamos haciendo un nombre. Europa y Estados Unidos no son nuestros mercados target porque tenemos competidores importantes, estamos orientados a otras regiones y países. A pesar de ello, nunca desatendemos ningún pedido de ofertas de Norteamérica o Europa. Al haber hecho esta exportación, ya hoy estamos viendo los frutos, porque hay otras empresas europeas, que nos están contactando para hacerles otras provisiones. La importancia que tiene es haber penetrado en un mercado que no lo teníamos definido como target y a partir de la buena relación que establecimos con esta empresa, por sus referencias, estamos en dialogo con otras empresas para ser provisiones de mayor volumen. Este es un mercado bastante chico donde se usan mucho las referencias.
¿Cuáles son sus principales mercados? ¿Con quién trabajan? ¿Qué otras relaciones comerciales poseen?
Como empresa argentina, en el país tenemos dos clientes importantes, una es la agencia espacial argentina Conae (Comisión Nacional de Actividades Espaciales), y el otro cliente importante que tenemos es Arsat S.A. que es la empresa de comunicaciones de capital nacional que se encarga de dar servicios de comunicación vía satélite o fibra óptica, entre otras cosas. Pero somos una empresa global, tenemos relaciones con muchos países. Nuestro negocio es la provisión de satélites completos, llave en mano, o partes de satélite, pero también hacemos consultoría y capacitación. En esas áreas también hemos hechos otras provisiones a otros países. No solo exportamos productos sino también algunos servicios.
En el corto-mediano plazo, ¿Se espera otra exportación de este tipo, o en general del área espacial de Invap?
En general en el área espacial de Invap estamos contestando varias ofertas y participando de alguna licitación. Siempre está la expectativa de que eso salga. Como te dije antes, el mercado es bastante competitivo, pero hay buenas oportunidades. Estamos contestando licitaciones por un lado de equipamiento para satélites, y, por otro lado, de satélites completos en el área de comunicaciones. Otra de las fortalezas que tiene Invap, que la distinguen de otras empresas, es que tiene una basta experiencia de hacer radares de uso terrestre. Eso vino de la experiencia que hicimos con el satélite Saocom, que tiene radar de apertura sintética en banda L, que es algo muy sofisticado. Es el radar con mejor más performance en el espacio hasta el momento. Además de toda la experiencia que traemos de los radares en tierra del aérea de defensa. Una de las negociaciones que tenemos en curso es la provisión de un radar para un satélite. Tenemos varias oportunidades en la provisión de componentes que integran un satélite, en la provisión de un payload de radar y en provisiones de satélites de comunicaciones completos
¿En qué otros proyectos están trabajando?
Actualmente estamos haciendo el satélite SABIA-Mar para la agencia espacial argentina como parte de un acuerdo que tienen con Brasil. Está pensado para hacer el estudio de los océanos, las costas y las fuentes internas de agua. Tiene cámaras ópticas muy sofisticadas las que estamos desarrollando en el país en diferentes bandas espectrales con características muy desafiantes. En este momento ya estamos en la etapa de construcción del modelo de ese satélite que va a ser lanzado a mediados de 2024. Por otro lado, con Arsat tenemos un contrato firmado y estamos avanzando en el satélite Arsat-SG1, que es un satélite de comunicaciones de nueva generación, conocido en el mercado como Small GEO. Tiene un payload de un sistema de comunicaciones de alta performance, que por sus siglas en ingles se llama HTS, incorpora propulsión full eléctrica y otras mejoras producto que la tecnología ha cambiado mucho en estos últimos años y la hemos incorporado, hoy es el estado del arte que vienen desarrollando otras empresas en el mundo. Por otro lado, también estamos trabajando con Arsat, si bien todavía no tenemos un contrato, en definir lo que es el Arsat-SG2 que va a ser el cuarto satélite de la flota Arsat con el objeto de brindar comunicaciones en la región de Sudamérica.
¿Existe algún mapa de ruta para estos proyectos? ¿Cuándo se estiman futuros lanzamientos?
SABIA-Mar está planeado para mediados del 2024, el Arsat-SG1 para mediados-fines del 2024, para el Arsat-SG2 la estimación es poder lanzarlo un año después del SG1 pero todo va a depender de qué tan rápido nos pongamos de acuerdo con Arsat en que tipo de sistema de comunicaciones va a embarcar el Arsat-SG2. Esos son los proyectos que hoy estamos ejecutando. También conformamos una empresa que se llama Gsatcom, que está radicada en Turquía junto a Turkish Aerospace Industries. Es una empresa que formamos 50%-50%. Con esa empresa estamos desarrollando estos satélites Small GEO cuya propiedad intelectual estamos usando en el Arsat-SG1 y Arsat-SG2. La idea con esta empresa es abordar la comercialización de estos satélites en el mundo. Con ellos estamos contestando varias licitaciones
¿Cuáles son las perspectivas a futuro?
Las perspectivas que tenemos son las de un negocio que está en crecimiento. La verdad es que tenemos muchos proyectos y mucha comercialización con oportunidades en que se conviertan en proyectos. Estamos muy contentos. Es una muestra que el camino que hemos iniciado ya hace 30 años, principalmente enfocados en el área nacional, y después con proyección en el área internacional, empieza a dar sus frutos en el área internacional.