La sonda Blue Ghost de Firefly Aerospace aterriza en la superficie de la Luna

La sonda Blue Ghost 1 de Firefly Aerospace ha aterrizado en la superficie de la Luna el 2 de marzo. La nave espacial alunizó aproximadamente a las 9:35 de la mañana, hora peninsular española, poco más de una hora después de que iniciara las maniobras para descender desde una órbita baja. La compañía dijo que el módulo de aterrizaje estaba en una posición "vertical y estable".

“Tenemos la confirmación de que BlueGhost logró aterrizar", anunció la compañía a través de las redes sociales justo después del aterrizaje. “Este pequeño paso en la Luna representa un gran salto en la exploración comercial. Felicitaciones a todo el equipo de Firefly, a nuestros socios de misión y a nuestros clientes de la NASA por esta increíble hazaña que allana el camino para futuras misiones a la Luna y Marte”.

Firefly dijo que era “la primera compañía comercial en la historia en lograr un aterrizaje lunar completamente exitoso”. Intuitive Machines aterrizó su módulo IM-1 en la Luna en febrero de 2024, pero la nave espacial sufrió un aterrizaje brusco y se inclinó de lado, aunque pudo operar y enviar datos durante una semana.

El lugar de aterrizaje previsto se encontraba cerca de Mons Latreille, una formación volcánica en Mare Crisium, una cuenca en el cuadrante noreste de la cara visible de la Luna. Ese punto concreto fue seleccionado para evitar anomalías magnéticas que podrían interrumpir el funcionamiento de algunos instrumentos. El lugar de aterrizaje también tiene pocas rocas sobre o debajo de la superficie que podrían impedir que un instrumento, una sonda de calor, perforara hasta tres metros por debajo de la superficie.

Blue Ghost fue lanzado el 15 de enero a bordo de un Falcon 9 , compartiendo el despegue con el módulo de aterrizaje lunar Resilience de la compañía japonesa ispace. Entró en órbita alrededor de la Luna el 13 de febrero y luego maniobró hasta una órbita lunar baja antes del intento de aterrizaje.

La sonda lleva 10 cargas útiles para el programa de Servicios de Carga Lunar Comercial (CLPS) de la NASA en virtud de un contrato de 101,5 millones de dólares. Entre ellas se encuentran instrumentos para medir el flujo de calor del subsuelo, la estructura y composición del interior de la luna y la interacción del viento solar con el campo magnético de la Tierra. Otras cargas útiles estudiarán cómo interactúa el regolito lunar con los materiales, probarán un ordenador tolerante a la radiación y un escudo electrodinámico contra el polvo.