El inicio del 2024 ha sido particularmente intenso para India y su agencia espacial ISRO. Si durante la semana pasada hacía noticia por el lanzamiento de XPoSat, un satélite de rayos X para estudiar agujeros negros y supernovas; el país asiático ha informado que su sonda Aditya-L1, lanzada en septiembre del año pasado, ha alcanzado la órbita solar.
La misión de observación lleva una serie de instrumentos para medir y observar las capas más externas del Sol. Aditya, el nombre de una deidad hindú, ha viajado 1,5 millones de kilómetros, apenas el 1 % de la distancia entre la Tierra y el astro, pero en un punto donde ambas fuerzas gravitacionales se cancelan, que le permite permanecer en una órbita de halo estable.
El orbitador, que supuestamente costó 48 millones de dólares, estudiará las eyecciones de masa coronal, un fenómeno periódico que produce enormes descargas de plasma y energía magnética de la atmósfera del Sol. Estas explosiones son tan poderosas que pueden llegar a la Tierra y potencialmente alterar las operaciones de los satélites. También pretende arrojar luz sobre la dinámica de varios otros fenómenos solares mediante la obtención de imágenes y la medición de partículas en la atmósfera superior del Sol.
El primer ministro indio, Narendra Modi, destacó que el hito "es un testimonio de la incansable dedicación de nuestros científicos en la realización de algunas de las misiones espaciales más complejas e intrincadas. Me uno a la nación para aplaudir esta extraordinaria hazaña. Continuaremos buscando nuevas fronteras de la ciencia en beneficio de la humanidad".