Aunque no se ha anunciado públicamente la ventana, este domingo 10 de diciembre SpaceX utilizará un Falcon Heavy para lanzar un avión X-37B de la Fuerza Espacial de Estados Unidos (USSF) desde el Centro Espacial Kennedy. El cohete, que tendrá su quinto vuelo en lo que va del año, realizó recientemente una prueba de fuego estático en la que encendió sus 27 motores Merlin.
Según un comunicado de la propia USSF, el lanzamiento estaba programado para este jueves 7, pero fue aplazado por temas relacionados a la disponibilidad de la plataforma. La misión cuenta con "una amplia gama de objetivos de prueba y experimentación, que incluyen operar en nuevos regímenes orbitales, experimentar con tecnologías de conocimiento del dominio espacial e investigar los efectos de la radiación en los materiales de la NASA".
Agregan que estos ensayos son "clave" para garantizar operaciones seguras y responsables en el espacio para todos los usuarios del dominio espacial. El secretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, dijo que "este séptimo vuelo del X-37B continúa demostrando el espíritu innovador de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos".
El X-37B, que se lanzó por primera vez en abril de 2010, ha acumulado un total de 3.774 días en el espacio. Las misiones anteriores han experimentado con éxito con la tecnología del Laboratorio de Investigación Naval diseñada para aprovechar la energía solar y transmitir energía a tierra; probó los efectos de la exposición espacial de larga duración a materiales orgánicos para la NASA; y brindó la oportunidad de lanzar una nave espacial diseñada y operada por cadetes de la Academia de la Fuerza Aérea de EEUU.
El cohete Falcon Heavy de SpaceX durante el lanzamiento de la misión Psyche. Firma: NASA/Aubrey Gemignani
Lanzamiento de la misión Psyche
Una de las misiones más emblemáticas en las que se ha utilizado el Falcon Heavy fue Psyche, lanzada el viernes 13 de octubre de este año y que tiene dos objetivos: el principal es estudiar el núcleo de un asteroide metálico (del mismo nombre) descubierto en el siglo XIX, que orbita el Sol entre Marte y Júpiter, a 3.600 millones de kilómetros de la Tierra. Para ello cuenta con tres instrumentos científicos: un generador de imágenes multiespectral, un magnetómetro y un espectrómetro de rayos gamma y neutrones.
Además, lleva una demostración de tecnología de Comunicaciones Ópticas en el Espacio Profundo (Deep Space Optical Communications, DSOC), que podría respaldar futuras misiones de exploración al proporcionar más ancho de banda para transmitir datos que el método tradicional por radiofrecuencia.