Euclid se gira hacia el Sol durante 96 horas para eliminar el hielo de sus espejos

Queda un mes para saber si el Euclid de la Agencia Espacial Europea (ESA) puede resolver uno de los mayores misterios del Universo: por qué se está expandiendo aceleradamente y dónde está esa gran parte de la materia y energía oscura que conforman su gran mayoría. Sin embargo, este martes 4 de julio, apenas tres días después de su lanzamiento en Cabo Cañaveral, el telescopio espacial giró en su curso para mirar al Sol por un total planificado de 96 horas. ¿Por qué?

El ingeniero de Control de Contaminación de la ESA, Mauricio Portaluppi, explica que el sistema "necesita hervir cualquier humedad que potencialmente podría haber terminado congelándose en los espejos de su telescopio, oscureciendo sus vistas prístinas del cosmos distante más allá de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea". Su compañero Bruno Bras agrega que "esto era más que una preocupación puramente teórica, porque la misión Gaia lanzada en 2013 para mapear la Vía Láctea, también tuvo que lidiar con el problema del hielo de agua en su óptica al principio de la misión”. 

Lo que cuentan los expertos se debe al enfriamiento pasivo a temperaturas "criogénicas" que sufre su módulo de carga útil. Recordemos que el Euclid debe alejarse 1,5 kilómetros de la Tierra en dirección opuesta al Sol. En ese sitio, el punto de Lagrange L2, el telescopio necesita muy poco combustible para mantener su posición debido a que es donde se compensan las gravedades de nuestro planeta y del astro.

Existe tal grado de satisfacción en la ESA con la prueba de laboratorio, que acumuló una "extensa" base de datos de rendimiento espectral para la contaminación del hielo con un espesor de hasta un nanómetro, la millonésima parte de un milímetro. Se espera que dicho insumo se pueda utilizar en futuras misiones espaciales.