El vuelo VV22 del cohete Vega-C, de Arianespace y la Agencia Espacial Europea (ESA), que portaba dos satélites Pléiades de Airbus, resultó fallida apenas dos minutos y medio después del lanzamineto desde el puerto espacial europeo de Kourou (Guayana Francesa). El error se ha producido en su motor Zefiro 40.
La compañía ha lanzado un comunicado explicando que "aproximadamente dos minutos y 27 segundos después del despegue, se produjo una anomalía en el Zefiro 40, lo que puso fin a la misión Vega-C", añadiendo que "se están realizando análisis de datos para determinar las razones de este fallo".
Arianespace ha comunicado que, siguiendo un "procedimiento estándar, la orden de destrucción del lanzador fue dada por el CNES, la autoridad de seguridad de lanzamiento" y "no se produjeron daños a personas o propiedades". Arianespace y la ESA han nombrado una comisión de investigación independiente para analizar lo ocurrido.
El CEO de la empresa, Stéphane Israël, anunció tras conocerse el fallo que "desafortunadamente podemos decir que la misión ha sido fallida": "Después del lanzamiento se ha registrado una bajada de presión en el motor en la primera etapa de Vega, y después de esto hemos observado fuertes anomalías y un cambbio en la trayectoria", explicó.
Israël se disculpó con su cliente, Airbus, "por este fallo y ahora investigaremos para entender mejor lo que ha ocurrido. Lo siento mucho, de verdad".
Satélites de Airbus
El motor Zefiro funciona con un combustible sólido desarrollado por la compañía italiana Avio, utilizado en el cohete Vega. Los satélites que iba a lanzar el cohete son los Pléiades Neo 5 y 6, una constelación financiada y desarrollada por Airbus.
La empresa explica que se trata de dispositivos de observación terrestre con una "óptica más avanzada, con 30 cm de resolución con máxima reactividad". Todos están colocados en una órbita polar y heliosíncrona en fase de 90° y generan una franja de imágenes de 14 kilómetros.