Las misteriosas nubes altas que en ocasiones han surgido repentinamente en la atmósfera de Marte podrían estar relacionadas con la meteorología espacial, según los científicos de Mars Express.
En 2012, unos astrónomos aficionados fueron los primeros en advertir la presencia de un extraño penacho de nubes despuntando por encima de la superficie de Marte a unos 250 km de altitud. El fenómeno se desarrolló en menos de diez horas, abarcando un área de 1.000 por 500 km, y permaneció visible durante unos diez días.
Su explicación plantea problemas debido a su extrema altitud, muy superior al nivel de la atmósfera en que se cree que pueden formarse las típicas nubes heladas de dióxido de carbono y agua. De hecho, su altitud corresponde a la ionosfera, donde la atmósfera interactúa directamente con el viento solar formado por partículas atómicas cargadas eléctricamente.
Se ha especulado sobre las causas: circunstancias atmosféricas excepcionales, emisiones aurorales, asociaciones con anomalías locales en la corteza o el impacto de un meteoro. Sin embargo, hasta ahora no ha sido posible identificar su origen.
Lamentablemente, la nave que orbitaba Marte no estaba en la posición adecuada para ver la columna formada en 2012, pero los científicos ahora han estudiado las mediciones de plasma y viento solar recopiladas por Mars Express en aquel momento.
Así, han detectado cómo una gran “eyección de masa coronal” (CME) del Sol impactaba en la atmósfera marciana en el lugar preciso y en el momento justo. “Al observar el plasma hemos descubierto un fenómeno meteorológico de magnitud suficiente como para afectar a Marte y que aumentase la cantidad de plasma desprendido de la atmósfera del planeta”, afirma David Andrews, del Instituto Sueco de Física Espacial y principal autor del informe sobre los resultados de Mars Express. “Sin embargo, no hemos podido detectar signo alguno en la ionosfera que nos permita confirmar de manera irrefutable el origen de esta columna”, añade.
El científico apunta que uno de los problemas “es que el fenómeno se vio durante el paso del día a la noche en una región conocida por los fuertes campos magnéticos de la corteza, donde sabemos que la ionosfera sufre fuertes perturbaciones, por lo que buscar señales adicionales resulta complicado”.
Para ir más allá, los científicos han tratado de localizar aquellos momentos en que estos dos fenómenos relativamente infrecuentes —el impacto de una eyección rápida y de gran envergadura en Marte, y una nube o columna— se hayan producido al mismo tiempo. Incluso han rastreado los archivos en busca de fenómenos similares, pero son muy aislados. Por ejemplo, el telescopio espacial Hubble observó una nube similar en mayo de 1997 y, al mismo tiempo, se registró el impacto de una eyección de masa coronal sobre la tierra. No obstante, aunque esa eyección fue muy estudiada, se carece de información procedente de las sondas que orbitan Marte como para juzgar el alcance de su impacto en el Planeta Rojo.
Imagen: D. Parker y W. Jaeschke