La NASA trabaja en una nueva tecnología, el dispositivo Exo-Brake, que permitiría enviar cargas útiles a la Tierra desde la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) y pequeñas naves que incorporan un paracaídas y que prescindirán del uso de combustible.
El Exo-Brake, que será probado a principios de 2017, es un dispositivo de frenado flexible basado en la tensión y parecido a un paracaídas, cuyo despliegue se realiza desde la parte trasera de un satélite para aumentar el arrastre.
Se trata por tanto de un dispositivo de salida de órbita que podría reemplazar a sistemas más complejos basados en cohetes, que normalmente se emplean durante la salida de una órbita de reingreso.
El investigador principal e inventor del dispositivo, Marcus Murbach, aseguró que "el diseño actual de Exo-Brake utiliza un sistema híbrido de puntales mecánicos y cable flexible con un sistema de control que lo deforma, muy similar a cómo los hermanos Wright utilizaron la deformidad para controlar el comportamiento de vuelo de su primer diseño del ala".
La deformación, si se combina son simulaciones en tiempo real de la trayectoria orbital, permite a los ingenieros guiar la nave a un punto de entrada deseado sin el uso de combustible, permitiendo aterrizajes seguros de carga útil para futuras misiones de retorno.
Además del objetivo de traer muestras desde la estación espacial, el proyecto busca el desarrollo de bloques de construcción para sistemas de mayor escala que podrían permitir que futuras misiones de nanosatélites lleguen con el mismo sistema a la superficie de Marte y otros cuerpos planetarios del sistema solar.
Fotografías: NASA