La misión Proba-3 de la Agencia Espacial Europea (ESA), liderada por España a través de Sener para demostrar que es posible el vuelo en formación entre satélites, ya es una realidad en órbita.
Las dos plataformas, el Coronagraph, y el Occulter fueron lanzadas sin contratiempos por un propulsor de cuatro etapas PSLV-XL de la Organización India de Investigación Espacial (ISRO) este viernes 5 de diciembre desde el Centro Espacial Satish Dhawan de Sriharikota, en el estado indio de Andhra Pradesh.
Los dos satélites, apilados, se separaron de su etapa superior unos 18 minutos después del lanzamiento. La pareja permanecerá unida mientras se lleva a cabo la puesta en marcha inicial, supervisada desde el control de la misión en el Centro Europeo de Seguridad y Educación Espacial (ESEC) en Redu, Bélgica.
El Coronagraph alojará el coronógrafo de la misión, instrumento que apuntará directamente al Sol. El segundo satélite, Occulter, eclipsará al Sol, interponiéndose entre el astro y el Coronagraph. Para ello, utilizará un disco de unos 140 centímetros de diámetro y varios equipos (ópticos y láser) que permitirán calcular la posición y actitud relativa entre los dos satélites y posicionar ambos con una precisión extrema.
Los dos satélites mantendrán de manera autónoma una alineación exacta de menos de un milímetro separados a una distancia de 150 metros, para generar hasta 1.000 horas de eclipses artificiales durante la vida útil de la misión.
“Ahora empieza realmente el trabajo duro, porque para lograr los objetivos de la misión Proba-3, los dos satélites tienen que lograr una precisión de posicionamiento del grosor de una uña estando situados a un campo y medio de fútbol de distancia”, admitió el responsable de la misión Proba-3, Damien Galano.
La misión, pionera a escala mundial, arrojará interesante conocimiento científico sobre el comportamiento de la corona solar, que tanto influye en el estado de las comunicaciones de la Tierra.
El cohete indio, en el momento del despegue. Firma: ISRO.
Inicialmente el despegue estaba previsto para el 4 de diciembre, pero a media hora del final de la cuenta atrás, se detectó una anomalía en el sistema de propulsión redundante en el satélite Coronograph y se canceló la operación hasta el día siguiente.
Con Proba-3 (acrónimo de Project for Onboard Anatomy, en inglés), España evidencia su liderazgo mundial en sistemas de guiado, navegación y control (GNC), en una iniciativa que es el resultado de años de trabajo y colaboración entre 40 empresas de 16 países e instituciones como la ESA, el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI) y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
La pareja de plataformas tardará dos meses en estar plenamente operativa, y el primer eclipse solar hecho por el hombre se producirá en tres meses después del lanzamiento, según declaró Yann Scoarnec, Project Manager de Proba-3 en Sener,
Además de su interés científico, el experimento será un instrumento perfecto para medir el logro del posicionamiento preciso de las dos naves espaciales. Se habilitará utilizando una amplia variedad de nuevas tecnologías.
“Las observaciones coronales de Proba-3 formarán parte de una demostración en órbita más amplia de vuelo preciso en formación. La mejor manera de demostrar que esta nueva tecnología europea funciona como se pretende es producir datos científicos novedosos que nadie haya visto antes”, declaró por su parte Josef Aschbacher, director general de la ESA.
“Hoy en día no resulta práctico poner en órbita una sola nave espacial de 150 metros de longitud, pero si Proba-3 puede lograr un rendimiento equivalente utilizando dos pequeñas naves, la misión abrirá nuevas formas de trabajar en el espacio en el futuro. Imaginemos múltiples plataformas pequeñas trabajando juntas como una sola para formar telescopios o conjuntos de telescopios virtuales de gran alcance”, subrayó Aschbacher.
“Se trata de una misión extremadamente ambiciosa, con una órbita también ambiciosa: los satélites se han colocado en una órbita altamente elíptica que se extiende a más de 60.500 kilómetros de la superficie de la Tierra. Para alcanzar esta órbita fue necesaria la variante PSLV-XL más potente de nuestro lanzador, equipada con más propelente en sus seis propulsores de cohetes sólidos”, explicó Radhakrishnan Durairaj, presidente y director general de NewSpace India Limited (NSIL), empresa espacial pública india.