La Agencia Espacial Europea (ESA) ha dado a conocer sus planes para ampliar su presencia en el Reino Unido mientras Londres anunciaba que financiará con 2,1 millones de libras (2,5 millones de euros) programas que abordan la falta de capacitación en la industria espacial nacional.
La ESA y la Agencia Espacial del Reino Unido (UKSA) dijeron que están explorando el potencial de un laboratorio de tecnologías cuánticas espaciales en el país.
Las agencias espaciales también están considerando formas de apoyar conjuntamente el desarrollo de capacidades de servicio, ensamblaje y fabricación en órbita, áreas clave de crecimiento en el marco de la estrategia espacial nacional del Reino Unido.
Los planes, presentados durante el Salón Aeronáutico Internacional anual de Farnborough en Inglaterra, presagian una expansión del Centro Europeo de Aplicaciones Espaciales y Telecomunicaciones (ECSAT) de la ESA en Gran Bretaña. La Dirección de Conectividad y Comunicaciones Seguras de la ESA tiene su sede en ECSAT, que actualmente emplea a unas 100 personas y también apoya el trabajo en observación de la Tierra, exploración humana y robótica y tecnología espacial.
"Junto con la Agencia Espacial del Reino Unido queremos aprovechar el papel de liderazgo de ECSAT en aplicaciones espaciales comerciales y telecomunicaciones", declaró el director general de la ESA, Josef Aschbacher, en un comunicado de prensa, y "aumentar nuestra fuerza laboral en el Reino Unido a 200 personas para 2030".
La UKSA también anunció la financiación a cinco programas de formación relacionados con el espacio para impulsar el sector. Eso agrupa cursos de desarrollo profesional y modelos de formación dirigidos por universidades, el Real Instituto de Navegación y un especialista en educación privada.
El anuncio se produce semanas después de que el Partido Laborista obtuviera una victoria en las elecciones generales británicas, poniendo fin a 14 años de gobierno del Partido Conservador.
El espacio se ha convertido en una parte cada vez más importante de la estrategia económica británica durante la última década, y aunque el nuevo gobierno aún tiene que detallar sus planes para la industria, no hay señales de un cambio de rumbo.