Por Víctor Rodrigo/ El Mundo.es/ Madrid.-
El último informe de Euroconsult sobre la actividad espacial mundial indica que el sector alcanzó unos 54.000 M en 2011, ligero retroceso respecto años anteriores que marca el final de una etapa de crecimiento constante durante diez años, y los EEUU con un 60% de esta inversión siguen liderando el sector.
Llama la atención que en diez años se haya duplicado el número de países pasando de 26 a 54. Los nuevos vienen de Asia, África y Latinoamérica decididos a adquirir sus propios medios espacialesconscientes de la trascendencia que tienen para su desarrollo social, económico y tecnológico, y del acceso a un atractivo mercado con proyección internacional.
Entendiendo que el espacio forma parte de nuestro medio ambiente, quees una fuente de recursos inagotables por descubrir, que tiene una importante vertiente económica y que está directamente relacionado con la seguridad nacional, podremos comprender el auge e interés estratégico que este sector despierta.
La investigación científica y tecnológica para dominar el acceso al espacio y su explotación económica marcan hoy día la diferencia entre países en lo que podemos considerar una nueva carrera espacial cada vez con más contendientes.
España lleva más de cuarenta años en el espacio y, en los veinte últimos, ha adquirido 14 satélites cuyos retornos industriales -trabajos realizados en nuestro país derivados de estas adquisiciones- apenas han alcanzado el 20% de la inversión, y la exportación es prácticamente inexistente. La consecuencia es que la industria espacial española sigue teniendo una fuerte dependencia de los presupuestos del Estado, lo que indica que nuestra estrategia en el sector de los últimos veinte años no ha dado buenos resultados.
La coyuntura nacional espacial es muy complicada porque a la importante reducción de presupuestos se suma la ausencia de un Plan Nacional del Espacio (PNE) que establezca objetivos, prioridades y recursos según nuestras necesidades o intereses estratégicos. A esto se añade la falta de una autoridad y estructura administrativa que coordine ministerios y organismos con actividades espaciales.
Esto se pudo constatar recientemente con la presentación de la nueva organización para la gestión de las actividades con la Agencia Espacial Europea (ESA). Dos ministerios intervienen distribuyéndose las responsabilidades de forma rocambolesca: el Ministerio de Industria es responsable económico (presupuesto), mientras que el Ministerio Economía es responsable industrial (CDTI). También, anunciando una reducción del presupuesto del 35%, se nombran dos co-presidentes de la delegación española ante este organismo internacional.
Si tomamos como referencia Francia en 2011, y salvando el factor de escala, su sector espacial obtuvo unos ingresos de 4.500 M; la mitad proviene de sus programas nacionales y el resto de la exportación de satélites y lanzadores. Su magnífica estrategia les permite cubrir las necesidades propias al 100% y exportar otro tanto. Conviene resaltar que el CNES es la única autoridad en Francia de todas las actividades espaciales desde hace cincuenta años.
La situación de España, en el sector espacial es preocupante y se podría comparar a la de una orquesta nacional con músicos bien preparados (científicos y empresas), sin director que la dirija y sin partitura que tocar (PNE). En esta situación seguiremos invirtiendo en el sector y anunciando su buena marcha a pesar del escaso 20% de retorno industrial en el que estamos instaurados.
Continuaremos cubriendo las necesidades nacionales con encargos a empresas extranjeras y nuestros 'músicos' tendrán que seguir tocando en 'orquestas' fuera de España. No es lo que hubiéramos deseado para España, pionera del Espacio, con lo que ha invertido y tendrá que seguir invirtiendo.
Víctor Rodrigo es doctor ingeniero aeronáutico y ex director de la empresa Crisa.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/04/23/ciencia/1335178099.html