La carrera espacial entre Argentina y Brasil

"El Ministerio de Planificación informó de que esta tarde –en referencia al pasado 16 de agosto- a las 19.25 se realizó con éxito en Pipinas, provincia de Buenos Aires, un nuevo ensayo de pruebas del futuro lanzador de satélites argentino Tronador II, con el lanzamiento del Vehículo Experimental VEX 1 B".

Con este anuncio, el gobierno argentino marca otro paso importante en la búsqueda de un lanzador nacional capaz de colocar en órbita baja (LEO) satélites de al menos 250 kg de peso, el mismo objetivo atribuido al programa brasileño de Vehículo Lanzador de Microsatélites (VLM).

La propaganda oficial del Ejecutivo alardeaba a los cuatro vientos: "La Argentina es el único país de América Latina en poseer esta capacidad y uno de los once en todo el mundo...". Jactancia aparte, son innegables los éxitos porteños obtenidos en la campaña de homologación del Tronador II, después de las dudas sobre el éxito de la prueba realizada en febrero de este año con el vehículo VEX 1A.

La prueba del último vuelo del vehículo experimental VEX 1B tuvo como objetivo probar los sistemas de propulsión y navegación, guiado y control, desarrollados íntegramente en Argentina. El Arsat, el futuro satélite de telecomunicaciones argentino, será puesto en órbita por este lanzador, según los planes de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), principal entidad espacial del país.

En una segunda fase, los argentinos ya vislumbran el desarrollo y lanzamiento de satélites de observación de la Tierra (con todas las implicaciones que esto pueda significar). De hecho, se ha establecido en América del Sur una carrera espacial por "tener su propio satélite". Chile, Perú y Brasil también tienen sus programas con ese objetivo.

En Brasil, el escenario es la recuperación. Tras el fracaso en el lanzamiento de la misión binacional CBERS 3 con la Agencia Espacial China, se decidió adelantar el lanzamiento del CBERS 4.

El programa VLS, después del accidente el 22 de agosto de 2003 (tres días antes de ser lanzado), avanzó más lentamente, una dificultad natural considerando la pérdida de personal altamente calificado que desapareció en la explosión.

Pero existen otros puntos del programa cuyos resultados todavía se están esperando, exactamente 11 años después de la pérdida del VLS, lo que se puede atribuir a la falta de fluidez en la transferencia de fondos y el consiguiente tiempo de inactividad entre las diferentes fases de los trabajos.

Plan Inova Aerodefesa

Sin embargo, en 2014, según anunció el gobierno federal brasileño, las empresas de los sectores aeroespacial y de defensa deberán recibir un importante incentivo para el desarrollo de proyectos y productos; son 291 millones de reales (128,3 millones de dólares), no reembolsables, que se aplicarán a estudios, absorción de tecnologías, sistemas de vigilancia y supervisión abordo.

Se trata del plan denominado Inova Aerodefesa, que tiene como objetivo impulsar la productividad y la competitividad del sector. El proyecto forma parte de un programa mayor del gobierno federal denominado Inova Empresa, que prevé la articulación de organismos, entre ellos el Ministerio de Defensa, para dar apoyo financiero a proyectos a través de instituciones de fomento.

La mayor parte de la inversión para 2014 proviene de los recursos de la Financiadora de Estudios de Proyectos (Finep), que dispondrá de 191 millones de reales (84,2 millones de dólares) en subvenciones para la cooperación entre instituciones de ciencia y tecnología y empresas. Los otros 100 millones de reales (44 millones de dólares) restantes proceden del Fondo Tecnológico (Funtec) del Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES).