La Agencia Espacial Europea (ESA) se fundó en 1975 como unión de dos Agencias previas; la Organización Europea para el Desarrollo de un Lanzador (ELDO según sus siglas en inglés) y la Organización Europea para la Investigación Espacial (ESRO según sus siglas en inglés). Uno de los objetivos por el cuál se había creado la ESA era para garantizar el acceso al espacio en Europa, sabiéndose ya en ese momento de la importancia estratégica y económica que conllevaba el poder contar con un lanzador propio.
Es por ello que las grandes potencias mundiales cuentan con una variada flota de lanzadores que puedan poner en órbita cargas de pago de diferentes tamaños, así como poder lanzar sondas al espacio profundo que contribuyan a la exploración espacial.
Europa cuenta con una de las flotas más variadas a nivel mundial, y dispone actualmente con la posibilidad de operar tres lanzadores diferentes; Ariane 5, VEGA y la Soyuz rusa a través de un acuerdo de co-operación.
Sin embargo, no siempre uno tiene la posibilidad de contar con un lanzador. Es lo que le ha ocurrido al satélite español PAZ que después de llevar más de 3 años esperando a ser lanzado, por fin lo ha conseguido a través del lanzador americano Falcon 9 de la empresa SpaceX.
El satélite PAZ, que representa un hito tecnológico para la industria española al ser el primer satélite español de observación de la Tierra en incorporar tecnología de Radar de Apertura Sintética (SAR), ha estado desde finales del 2014 almacenado a la espera de ser lanzado. PAZ está basado en la plataforma alemana utilizada en las satélites radar TerraSAR-X y TanDEM-X, y pasa ahora a operar en constelación junto con estos para ofrecer mejor calidad en sus servicios.
La similitud con estos satélites alemanes llevó a Hisdesat, la empresa operadora del PAZ, a utilizar el mismo sistema lanzador; un misil interbalístico reconvertido a cohete llamado Dnepr. Este cohete ruso-ucraniano, operado por la empresa Kosmotras, reunía las capacidades requeridas para lanzar una carga de pago como el PAZ (1400 kg) a la órbita requerida; SSO a unos 514 km.
Sin embargo, después de múltiples retrasos debidos a problemas políticos entre Rusia y Ucrania por el conflicto de Crimea, Hisdesat decidió romper el contrato con Kosmotras y contratar a la americana SpaceX para lanzar el satélite PAZ.
Hoy, después de haber estado más de 3 años custodiado en Barajas, y tras 4 intentos fallidos de lanzamiento a bordo del Falcon 9 de SpaceX, el satélite PAZ ha sido puesto en órbita satisfactoriamente.
El lector puede que se pregunte por qué España no decidió utilizar ninguno de los lanzadores europeos una vez decidió romper sus relaciones con la empresa Kosmotras. Y en opinión del autor, existe una respuesta lógica; Europa no cuenta con un lanzador que pueda poner en la órbita SSO requerida una carga de pago de 1400 kg como la de PAZ.
Por un lado, el lanzador Ariane 5 y la rusa Soyuz son lanzadores demasiado potentes para poner en órbita una satélite tan “liviano” como el PAZ. Con un lanzamiento dedicado, no se estaría utilizando toda la capacidad de lanzamiento de carga de pago, y por lo tanto, se estaría encareciendo el precio del lanzamiento.
En el caso de Soyuz, existe la posibilidad de compartir con un satélite de características parecidas al PAZ el viaje. Pero una vez más, existiría el problema de tener que encontrar otro satélite pasajero que requiera del mismo tipo de órbita, que necesite ser lanzado en una época similar, y que disponga de características similares en cuanto a masa y dimensiones. Complicado.
Por último VEGA, el cohete más pequeño de la familia de lanzadores europeos, a día de hoy no tiene capacidad como para poder inyectar en la órbita requerida una carga tan “pesada” como la del PAZ.
Sea como fuere, finalmente España puede estar orgullosa de estar a la vanguardia de la tecnología espacial con el satélite PAZ, pasando a formar parte del selecto grupo de países en Europa que cuenta con capacidad propia de observación de la Tierra, junto con Italia y Alemania. Durante sus próximos años de vida (extensible a dos años más), PAZ tomará unas 100 imágenes diarias con una resolución sin precedentes. Atrás quedarán esos años a la espera de contar con un lanzador disponible.
Es por lo que hoy más que nunca, en un momento en el que las necesidades de lanzamiento están creciendo según los últimos informes, Europa necesita trabajar de manera conjunta para poder garantizar el acceso al espacio. Programas de la ESA como el desarrollo del Ariane 6, el desarrollo de la versión más potente del VEGA, el VEGA-C, o la iniciativa para estudiar la posibilidad de contar con un microlanzador europeo ayudarán a Europa a poder garantizar dicho acceso al espacio.