La oficina del programa de la NASA de restos orbitales informó de que los escombros espaciales que rodean la Tierra crecieron a lo largo de 2016 hasta alcanzar la cifra de 17.817 objetos, de los que tan solo 123 pertenecen a la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) según los últimos datos publicados en octubre del año pasado.
De esta manera, la ESA sigue manteniendo su liderazgo como la entidad que genera menos basura espacial, pese a que aumentó en diez objetos más los deshechos generados respecto al año 2015.
La Comunidad de Estados Independientes, compuesta por Rusia, Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Moldavia, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, así como Ucrania como miembro asociado, es la organización que mayor cantidad de basura desecha al espacio, seguida de EEUU y China.
Respecto a los dos años anteriores, 2014 y 2015, el aumento generalizado de basura espacial ha sido sustancial ya que a finales de 2015 los restos espaciales no superaron los 17.000 objetos y para mediados de 2016 ya había superado los 17.700 objetos.
Este recuento es elaborado anualmente por la NASA y en él contabiliza el número de satélites activos o inactivos que han sido lanzados o bien bajados de sus órbitas para ser hundidos en el mar, así como lanzadores espaciales antiguos y en funcionamiento y demás objetos procedentes de la fragmentación de residuos.
La mayor parte de estos objetos artificiales tienen un tamaño igual o mayor a diez centímetros. La inmensa mayoría de estos restos espaciales son fragmentos provenientes de explosiones de distinta naturaleza, pese a que también se pueden encontrar satélites de distintos tipos o etapas de cohetes casi vacías de combustible, entre otros.
El programa de la NASA U.S Space Surveillance Network (SSN) es el encargado de detectar, controlar, catalogar e identificar los objetos espaciales hechos por el hombre y que orbitan alrededor de la Tierra y de predecir cuándo y dónde caerá alguno de ellos.
Fotografía: ESA