La misión Copernicus Sentinel-1 reveló que los glaciares de Groenlandia fluyen más lento hacia el océano Ártico. El flujo general se ha reducido en los últimos años, aunque en verano aumenta hasta un 25% más que en invierno.
El consejero delegado del Centro de Observación Polar y Modelado del Reino Unido (CPOM), Adriano Lemos, dijo que "Sentinel-1 tiene ventajas reales para estudiar los glaciares". Según Leoms, "ahora obtenemos más datos y más a menudo para que podamos ver los detalles más finos incluso en las áreas más inaccesibles y de mayor movimiento".
Cada satélite lleva un instrumento de radar avanzado que puede obtener imágenes de la superficie de la Tierra a través de la nube y la lluvia, y si es de día o de noche. Esto es esencial para monitorear las regiones polares que están envueltas en la oscuridad durante los meses de invierno.
Un artículo publicado recientemente en The Cryosphere detalla investigaciones lideradas por el CPOM donde se utilizó la misión Copernicus Sentinel-1 para rastrear los cuatro principales glaciares de Groenlandia, Jakobshavn Isbrae, Petermann, Nioghalvfjerdsfjorden y Zachariae Isstrom entre 2014 y 2017.
El director de CPOM, Andy Shepherd, comunicó que "hemos demostrado cómo la nueva generación de satélites de radar puede darnos detalles importantes sobre la velocidad del hielo a través de la capa de hielo de Groenlandia". Por su efectividad, "utilizaremos Sentinel-1 para investigar los patrones que se ven aquí, mejorando aún más nuestra comprensión de cómo estos glaciares responderán a un clima cambiante".
Foto: ESA.