La misión Sentinel-5P del programa Copernicus de la Agencia Espacial Europea (ESA) y de la Unión Europea (UE) ha detectado 50.000 toneladas de metano en la atmósfera tras una explosión en un pozo de gas natural en Ohio en febrero de 2018.
La explosión filtró más de este potente gas de efecto invernadero en 20 días que la mayoría de las naciones europeas en un año de sus industrias de petróleo y gas. Los hallazgos han sido publicados en un estudio en las actas de la Academia Nacional de Ciencias. El estudio indica “la importancia de utilizar datos satelitales para detectar y cuantificar contaminantes como el metano”.
Los datos del instrumento Tropomi del Sentinel-5P han identificado que se emitieron 120 toneladas de metano por hora debido a la explosión. El gerente de la misión Sentinel-5P de la ESA, Claus Zehner, ha explicado que “estas mediciones muestran que los satélites pueden medir las concentraciones de gases de efecto invernadero emitidos por una fuente puntual. Las capacidades del satélite se explotarán aún más con la próxima misión de monitoreo de dióxido de carbono de Copernicus”.
Si bien el dióxido de carbono es más abundante en la atmósfera y, por lo tanto, se asocia más comúnmente con el calentamiento global, el metano es aproximadamente 30 veces más potente como un gas que atrapa el calor. Por lo general, ingresa a la atmósfera principalmente desde la industria de combustibles fósiles, vertederos, ganadería, agricultura de arroz y humedales, pero también puede liberarse durante la extracción de petróleo y gas.
Sentinel-5P también puede mapear otros contaminantes como dióxido de nitrógeno, monóxido de carbono, dióxido de azufre y aerosoles.