El satélite Cheops ha finalizado con éxito la puesta en servicio en órbita y se encuentra listo para iniciar las operaciones científicas rutinarias a finales de abril. El sistema de la Agencia Espacial Europea (ESA) ya ha efectuado observaciones prometedoras de estrellas anfitrionas de exoplanetas.
Lanzado el pasado diciembre, el satélite realizó las primeas series de vuelo entre enero y febrero. Estas pruebas permitieron analizar tanto el telescopio como el detector del Cheops en el entorno espacial.
El responsable del proyecto Cheops de la ESA, Nicola Rando, no duda en calificar la fase de puesta en servicio en órbita como “emocionante” y asegura que “la plataforma del satélite y el instrumento han demostrado un rendimiento notable, y los centros de operaciones científicas y de la misión han brindado un apoyo inmejorable a las operaciones”.
A principios de marzo, el Cheops centró sus observaciones en estrellas de las que ya se posee mucha información. Según la científica de la ESA Kate Isaak, esto era fundamental para medir el rendimiento del satélite: “Primero necesitábamos observar estrellas cuyas propiedades sean bien conocidas, estrellas con un comportamiento correcto, escogidas por su estabilidad y sin signos de actividad”.
Esta primera fase ha permitido a la ESA, al consorcio de la misión y a Airbus España –que es el contratista principal- verificar que el sistema es lo suficientemente preciso y estable para cumplir sus objetivos.
La precisión es clave para la actual investigación exoplanetaria. Existen más de 4.000 planetas orbitando alrededor de estrellas y ahora lo que se busca es empezar a caracterizarlos para conocer su estructura, formación y evolución. Medir de forma precisa sus tamaños es el objetivo del Cheops.
La puesta en servicio en órbita ha demostrado que el satélite alcanza la precisión fotométrica necesaria. El ingeniero principal de sistemas del proyecto de la ESA, Carlos Corral van Damme, explica que el “el apuntamiento es extremadamente estable; esto significa que, cuando el telescopio observa una estrella durante horas mientras la nave se desplaza por su órbita, la imagen de la estrella permanece siempre dentro del mismo grupo de píxeles en el detector”
Van Damme afirma que esta elevada estabilidad se debe a una combinación del excelente rendimiento del equipo y de los algoritmos de apuntamiento a medida. Y añade: “La estabilidad térmica del telescopio y el detector también ha demostrado ser aún mejor de lo necesario”.
Las actividades de puesta en servicio no se han visto afectadas por las medidas de distanciamiento social y restricciones a los desplazamientos aplicadas en Europa frente a la propagación del coronavirus.
En este sentido, van Damme asegura que el segmento de tierra ha estado funcionando sin problemas desde el principio, lo que ha facilitado automatizar completamente la mayoría de las operaciones para manejar el satélite y enviar los datos durante las primeras semanas tras el lanzamiento”. Y explica: “Para cuando se alcanzó el estado de emergencia, en marzo, y se adoptaron las nuevas normas y reglamentos, la automatización de los sistemas hizo que las consecuencias para la misión fueran mínimas”.
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