Las grietas y las fugas de aire ponen en entredicho el futuro de la ISS
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Las grietas y las fugas de aire ponen en entredicho el futuro de la ISS

Un informe interno de la NASA advierte de los riesgos cada vez más grandes de mantener las operaciones del laboratorio orbital hasta 2030
ISS. Foto NASA.
Firma: NASA
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La NASA se enfrenta a riesgos cada vez mayores para mantener las operaciones de la Estación Espacial Internacional (ISS) hasta 2030. Según un reciente informe del Inspector General de la agencia espacial norteamericana, las grietas y las fugas de aire en el laboratorio orbital son continuas en una sección del segmento ruso y son tan serias que “suponen un riesgo importante para la seguridad”.

El problema de despresurización se concentra en una sección del segmento ruso que conecta un módulo con un puerto de atraque; se trata, en concreto, del vestíbulo PrK que se encuentra entre la esclusa de aire de la nave de carga Progress (Progreso, en ruso) y el módulo ruso Zvezdá (Estrella, en ruso). El PrK ya tuvo una fuga en septiembre de 2019. Se aplicó cinta Kapton para intentar taparla y se instalaron sensores para medir las tensiones estructurales en el módulo ruso. Como subraya el dossier “la NASA y Roscosmos [la agencia espacial rusa] están colaborando para investigar y mitigar el grietas y fugas, determinar la causa raíz y monitorear la estación para detectar nuevas fugas”. Pero el problema se ha agravado

En abril de 2024 la NASA identificó que el nivel de fuga en esa zona de la ISS llegó a lo más alto hasta la fecha. Además de paliar los riesgos estructurales, el equipo de la NASA que se ocupa del Programa ISS espera que las operaciones continuas de la estación requieran más reparaciones y que las actualizaciones de piezas reemplazables clave puedan ser más difícil de adquirir a medida que los proveedores disminuyen o cesan la producción.

Estos problemas de la cadena de suministro pueden volverse más persistentes en caso de que la NASA continúe sus operaciones más allá de 2030, reza el documento. La NASA reconoce que sus estrategias y modelos predictivos para sustituir las piezas de recambio satisfacen las actuales necesidades operativas de la ISS, pero ha descubierto que “el Programa ISS se enfrenta a desafíos en las futuras necesidades de piezas”.

ISS Report

                   Portada del informe de la NASA. Firma: NASA

Mantener las operaciones de la ISS hasta 2030 dependerá en gran medida de capacidad de transportar tanto carga como personas de una forma segura. “La falta de redundancia y las capacidades limitadas complican la capacidad de la NASA de llevar suministros, ciencia y tripulación hacia y desde la Estación", asegura el escrito de 46 páginas.

Este segundo riesgo se ve aún más agravado por la dependencia actual de un único proveedor de lanzamiento de carga y tripulación que puede alterar las operaciones planificadas de la ISS”, puntualiza el informe, refiriéndose a Roscosmos sin citarla, pues es la agencia rusa quien envía suministros al laboratorio orbital a través de la nave Progress y tripulaciones a través de la cápsula Soyuz (Unión en ruso). Ese es el inquietante panorama.

Otra amenaza relevante para la seguridad de la tripulación, la estructura de la ISS y sus operaciones radica en la existencia de micrometeoros y desechos orbitales. Los hechos confirman ese peligro. No es extraño que la Estación tenga que activar sus propulsores para corregir su órbita y dejar pasar basura potencialmente letal. En este sentido, la NASA instaló escudos en el segmento estadounidense de la ISS para protegerla contra daños causados por objetos de 3 centímetros o menos y depende de la Red de Vigilancia Espacial para tener los datos de seguimiento de objetos orbitales en baja órbita terrestre (LEO) de más de 10 centímetros.

Está previsto que la ISS, que tiene más de 26 años de vida, deje de estar operativa a partir de 2030. La NASA y sus socios occidentales siguen desarrollando un plan de transición que asegure una reentrada controlada de la ISS. 

Rusia no seguirá en la ISS a partir de 2030. De hecho, está fabricando su propia estación orbital, cuyo despliegue está previsto entre los años 2027 y 2033. 

En junio de 2024, NASA adjudicó un contrato a SpaceX para desrrollar un vehículo de desorbitación estadounidense que ejecute la maniobra de reentrada de la ISS en la atmósfera de una forma controlada, pero la falta de presupuesto pone en riesgo ese plan. 



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