En un trabajo conjunto entre la Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial, Conida, y la Fuerza Aérea del Perú (FAP) se están iniciando los primeros pasos para preparar el oportuno reemplazo del satélite de observación terrestre PeruSat-1 por la siguiente plataforma orbital que se denominará secuencialmente, PeruSat-2.
PeruSat-1 fue lanzado a órbita polar el 15 de septiembre de 2016, en una impecable misión de lanzamiento implementada por ArianEspace desde su puerto espacial de Guyana Francesa. El satélite peruano está próximo a cumplir ocho años de servicio activo sobre un tiempo de vida útil proyectado para diez años, aunque el fabricante Airbus Defence & Space estima que PeruSat-1 tiene un par de años adicionales por delante.
La primera etapa del proyecto PeruSat-2 comprende el sondeo de mercado para evaluar las opciones que le ofrecen diferentes fabricantes internacionales en cuanto a especificaciones técnicas, ciclo de vida, transferencia de tecnología, soporte y costos, teniendo en cuenta que en esta segunda oportunidad ya no será necesaria la construcción de una estación terrestre de control, la cual se ubica a unos 60 kilómetros al sur de la ciudad de Lima, en la sede del Centro Nacional de Operaciones de Imágenes Satelitales (Cnois).
Asimismo, la Fuerza Aérea del Perú trabaja un proyecto con la asistencia técnica de la Fuerza Espacial de Estados Unidos para la construcción de un Puerto Espacial en la costa norte del Perú para el lanzamiento de cohetes y sus respectivas cargas útiles a la alta atmósfera y a la órbita terrestre. Es probable que los tiempos de ambos proyectos no coincidan, pero están en marcha.
Cabe recordar además que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones de Perú lidera un proyecto en conjunto con la Fuerza Aérea y Conida para la adquisición de un satélite de comunicaciones de uso dual, civil y militar, con el objetivo de evitar que diferentes organismos estatales, empresas privadas y otros actores del mercado local se vean en la necesidad de rentar ancho de banda a terceros, generando un gasto que se podrá reorientar a otras actividades una vez que se tenga capacidades propias de telecomunicaciones.
Perú dispone ya de una estación terrestre ubicada a unos 40 kilómetros al sur de Lima, que servirá como segmento de control en tierra del futuro satélite de comunicaciones.