El turismo espacial avanza a pasos agigantados y es gracias a una compañía española. Halo Space acaba de anunciar un sexto vuelo de prueba, esta vez desde el desierto de Arabia Saudí, para seguir afinando todos los sistemas y conceptos con un consorcio formado con GMV, Aciturri, CT Engineering y B2Space. Infoespacial.com conversó con su CEO, Carlos Mira, quien proyecta 2026 para el inicio de operaciones comerciales y en 2029 tener una media de 400 vuelos anuales.
¿Cuáles son las sensaciones al anunciar este hito?
La verdad es que tiene un componente de mirar para adelante hacia el sexto vuelo y luego tiene mucho de satisfacción por los cinco que hemos realizado para llegar hasta aquí. Este es el último de una primera fase de los vuelos de prueba en el que hemos ya probado todos los conceptos y todos los sistemas y lo que hacemos ahora es probarlos juntos. Entonces, es una satisfacción enorme el llegar a este punto.
¿Cómo se valora el fruto de la colaboración entre todas las empresas bajo el paraguas de Halo Space?
Pues mira, muy positiva. Una de las cosas que se han comentado también es que uno de los diferenciales que tenemos en la industria espacial española es la colaboración. El hecho, también, de que dentro del equipo tengamos personas como Alberto Castrillo, que es el director técnico, con el equipo de antiguos directores de proyectos, directores de ingeniería, directores técnicos de Airbus; hace que estas personas que están trabajando se conozcan desde hace muchos años. Y la colaboración es muchísimo más fácil y muchísimo más eficiente. Yo llevo bastantes años ya de experiencia, por los años que tengo, he trabajado en seis países distintos, esto es un ejemplo, realmente, ¿no? Esta capacidad de colaboración, de subirse a un proyecto para impulsarlo, me parece que es un activo increíble.
Habla bien del punto de desarrollo donde está la industria espacial española, ¿no?
Muchísimo. Habla muy bien porque realmente si hemos conseguido llegar a este sexto vuelo desde que se fundó la compañía en un periodo de tres años, haber pasado desde el primer vuelo en diciembre del 2022 hasta aquí, es únicamente o fundamentalmente porque las empresas y los ingenieros que están participando vienen con la experiencia acumulada y con un saber hacer que es el que hace posible esto. Como digo, yo que he trabajado en Estados Unidos, en Alemania, en Francia, en Inglaterra, hubiera sido muy difícil montar un proyecto de este tipo si no es en España.
¿Qué es lo que esperas de esta prueba de junio, la sexta de la historia de Halo Space y la primera en Arabia Saudí?
Lo que esperamos, como te decía antes, es probar en un solo vuelo todo lo que hemos probado ya en los cinco vuelos anteriores, probarlo junto. Entonces, subiremos a una altura de entre 32 y 35 kilómetros con el globo estratosférico. Al llegar hasta esa altura, lo que haremos será ir tomando todos los datos de telemetría que nos permitan determinar cuál va a ser el recorrido en la bajada del globo y del sistema para poder hacer uno de nuestros objetivos: el aterrizaje en una zona prevista que puede estar a 100 kilómetros de distancia del punto de lanzamiento y en donde queremos entrar en un radio de cientos de metros. Entonces, todo lo que es la navegación, todos los sistemas de control de misión, todas las comunicaciones que van por triplicado, pues todo eso es lo que queremos probar ahora en este vuelo. Que lo hemos probado antes ya, pero, digamos, en fases y en trozos.
Si esto sale bien como esperan, ¿cuáles son los planes comerciales, fechas y próximos hitos a cumplir?
El lanzamiento comercial, el comienzo de los vuelos comerciales, lo tenemos previsto en el 2026. Y de aquí al 2026 lo que tenemos es toda una serie de jalones que pasan por ir desarrollando nuestro programa de desarrollo de ingeniería. Terminamos la fase de diseño crítico ahora con este vuelo, empezamos ya la fabricación de los prototipos para los vuelos tripulados. Los vuelos tripulados empezamos el año que viene, y a partir de ahí la certificación, empezando con la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos y una serie de vuelos antes del lanzamiento comercial que haremos, no ya desde el punto de vista de la seguridad, sino desde el punto de vista de la experiencia del pasajero: de tener rodado en una serie de vuelos que la experiencia del primer pasajero comercial que suba, pues lo que se encuentre es como queremos, con todo muy rodado, muy funcionando, por supuesto muy seguro. Que sea la experiencia de una vida.
¿Cuáles van a ser esas experiencias? En la presentación mencionabas que se trataba de una semana completa, más allá del vuelo puntual...
Creemos que la experiencia del futuro pasajero empieza en el momento en que se pone en contacto con nosotros. Entonces, desde ese primer contacto lo que vemos es cuándo quiere volar, solamente será con seis meses a un año de anticipación, que lo que haremos será darle la plaza en un vuelo. En función de cuándo quiere volar, dónde va a ser el punto de lanzamiento, queremos tener cuatro bases: España, Australia, Arabia Saudí y Estados Unidos. Tendremos siempre dos bases operativas, entonces en función del momento del año escogeremos la base y, también asociado con la base de donde vaya a ir, la experiencia que va a tener más allá del vuelo. Es una oportunidad única también para ir y conocer Australia, Arabia Saudí... En Estados Unidos estaremos en los Estados del sur, también habrá experiencias interesantes que hacer. Lo que haremos será ir también hasta que el pasajero llegue a la base para volar con nosotros e ir anticipándole lo que va a vivir.
Y a nivel de hitos, ¿cuánta gente va a poder viajar por vuelo?
En la cápsula llevamos un piloto y ocho pasajeros. Estos vuelos salen una hora antes del amanecer normalmente, porque es el momento en el que hay menos viento. Para el lanzamiento de un globo gigantesco, como los nuestros, esto es importante. Lo que permite esto es ver la salida del Sol ya desde el Espacio, desde fuera de la atmósfera. Entonces, el Sol lo van a ver salir como un círculo blanco gigantesco, aquí lo vemos rojo o naranja por la atmósfera, allí ya no la tienes, y es una experiencia única. La experiencia de vuelo es muy tranquila, porque subimos con un globo a 20 kilómetros por hora, es como ir en bicicleta a una velocidad no demasiado alta.
¿Y la altura conseguida?
Cuando lleguemos arriba, que será en función del gas que metamos, va a ser entre 30 y 35 kilómetros y estaremos entre una y dos horas en el apogeo, en el crucero. El piloto determinará cuál es el momento de empezar a soltar gas para iniciar la bajada para aterrizar donde tenemos previsto el aterrizaje y donde estará esperando todo el equipo de recogida. La primera fase del descenso se hará con el globo y, luego, lo que haremos será, en la última fase, soltar el globo y abrir un parapente, un paracaídas dirigible, que es el que nos permite aterrizar en el punto previsto. Estos paracaídas, por cada metro que descienden, pueden avanzar entre tres y cuatro metros, lo que quiere decir que si abrimos a seis kilómetros del suelo, podemos aterrizar en cualquier punto en un radio de 20 kilómetros alrededor del punto de apertura, lo que nos da la tranquilidad y la confianza de aterrizar donde queremos. Y después del aterrizaje, como se hace siempre en el mundo de los globos, una copa de champán para celebrarlo.
El costo de cada pasaje sería de 150.000 euros. Para algunos puede ser mucho, pero en perspectiva de costes espaciales es muy menor. ¿Cómo se abordan esas diferencias para fundamentar este negocio?
Desgraciadamente, como decía, el costo de subir al Espacio es muy alto. En nuestros momentos, subir a órbita está en los 60 millones de euros para muy poca gente. Puede bajar a 30, pero va a seguir estando en el 2030 muy caro. Las experiencias con un cohete van a estar en el entorno del medio millón. Nosotros, esta experiencia con un globo, gracias a utilizar una tecnología mucho más accesible, nos permite bajar los precios, pero aun así los costos son altos. O sea, tú piensa que un globo de este tipo está entre los 150.000 y los 300.000 euros y se utilizan solamente una vez. El helio, el gas que llevas, está también en el entorno de los 150.000 y 200.000 euros el coste de cada vuelo, que no vuelves a atravesar. La cápsula la reutilizas, puedes hacer 500 vuelos con la cápsula, pero tienes una serie de costos fijos asociados al vuelo que va a ser complicado bajar. Pasaremos de helio a hidrógeno, o sea, una reducción importante que supondrá también una posibilidad de reducir el precio. Iremos haciendo una curva de aprendizaje en la operación que nos permitirá ir reduciendo los costes de operación. Pero en cualquier caso, desgraciadamente, ese tipo de experiencias tienen unos costes altos.
Mencionabas España entre uno de los cuatro puntos de lanzamiento, ¿desde qué punto saldrían esos vuelos?
Consideramos cuatro puntos para tener la posibilidad de ofrecerles a nuestros pasajeros la posibilidad de volar cualquier día del año y por lo menos en dos bases. Para poder volar y ofrecer la experiencia que queremos necesitamos que no haya nubes. Todos hemos ido en avión y no es lo mismo ver el suelo cuando no hay nubes que cuando estás volando en un mar de nubes. Al final acabas viendo lo mismo, más nubes.
Para que no haya nubes tenemos que ir a sitios donde la mayor parte del año el cielo esté azul, esté despejado: los desiertos. Entonces por eso una base para nosotros muy importante es Arabia Saudí, otra va a estar en Australia y otra en los Estados del sur de Estados Unidos. Nuevo México, Arizona, California y Colorado pueden entrar. En España, somos de aquí, queremos tener una base aquí. Pero en esta base, para nuestros pasajeros, garantizarles que no va a haber nubes, va a estar operativa probablemente de junio a septiembre. ¿Y dónde va a estar la base? En principio en la zona del sur, que es donde más sol tenemos. Y a partir de ahí ya iremos decidiendo cuál es la ubicación.
¿La idea es que el vuelo inaugural sea desde España o eso depende de las regulaciones y de cómo vaya avanzando el proyecto?
Hay que definir cuál es el vuelo inaugural (ríe). Entonces, si el vuelo inaugural es el primer vuelo comercial, pues lo haremos en el 2026. Tenemos de aquí al 2026 para ver dónde lo vamos a hacer. Nos gustaría que fuera en España, pero eso significa que tiene que ser en verano, para empezar, y luego también la regulación. En este momento, el país más avanzado en la regulación para este tipo de vuelos espaciales es Estados Unidos. Y la FAA es el organismo que regula todo este tipo de vuelos, desde el punto de vista de la seguridad para el Espacio, y nosotros estamos haciendo la certificación con ellos. Junto con Virgin Galactic, Blue Origin y SpaceX; es un auténtico privilegio estar con esta gente y por eso va a ser donde vamos a tener la primera licencia comercial para operar. Luego, a partir de ahí, es ir convalidando e ir viendo. Ya iremos viendo...