La Estación Espacial Internacional (ISS) tiene sus días contados. Si en septiembre pasado la NASA convocó a la industria para el desarrollo de un desorbitador hacia finales de esta década, la Agencia Espacial Europea (ESA) acaba de dar un paso más: durante su Consejo de este lunes en Sevilla, los ministros lanzaron un concurso para que "un proveedor comercial europeo" entregue suministros para 2028 y devuelva su carga a la Tierra.
El vehículo, para el que se apunta a "empresas innovadoras con sede en Europa", podría evolucionar para llevar tripulación y eventualmente servir a otros destinos, si los Estados miembros así lo desean, según se ha acordado en la reunión que tuvo lugar en la capital andaluza.
Desde la Agencia aseguran que ya se ha conseguido financiación pública para las fases iniciales del proyecto y que este concurso apunta a contribuciones privadas. El visto bueno obtenido durante la jornada permite, según sus propias palabras, comenzar a trabajar "de inmediato" para alcanzar el ambicioso hito en un plazo de cinco años. En ese sentido, la segunda fase del plan formará parte de las propuestas para la próxima reunión del Consejo de la ESA a nivel ministerial en 2025.
Vista del segmento ruso de la Estación Espacial Internacional
¿Reemplazantes privados?
La ISS está operativa desde 1998 en la órbita terrestre baja (LEO) y a cargo de cinco agencias: las mencionadas NASA y ESA, JAXA de Japón, CSA de Canadá y Roscosmos de Rusia. Mientras los cuatro primeros han comprometido su apoyo y operación hasta 2030, los rusos (que advierten que el 80% de los equipos está "obsoleto") lo proyectan hasta "al menos" el 2028.
Entre tanto, se ha desatado una carrera por su "reemplazante". De hecho, hace menos de dos meses, Voyager Space y Airbus Defence and Space anunciaron un acuerdo para crear una empresa transatlántica que desarrolle, construya y opere el proyecto Starlab. En paralelo, SpaceX y Vast esperan que Vast Haven-1, su estación espacial comercial, sea lanzada en 2025.