Satélites que aprovechan a cada momento los rayos del Sol que luego emiten hacia la Tierra vía microondas. Aunque aún no es una realidad, la energía solar basada en el espacio (Space Based Solar Power,SBSP) parece ser más eficiente que su recolección a nivel terrestre; donde juegan en contra la atmósfera, las nubes y los ciclos entre el día y la noche. De acuerdo a estudios de la NASA, cada sistema podría transmitir, en promedio, 2.000 megavatios; lo suficiente para asegurar el consumo de un millón de hogares.
Diversas potencias mundiales llevan décadas intentando descifrar la mejor forma de conseguirlo. De hecho, la ESA ha invitado a investigadores a "ayudar a avanzar en nuestro conocimiento de los aspectos clave". Lo hace a través de su programa Solaris, que apunta a la descarbonización de la matriz energética hacia 2050. Los cinco temas de investigación son evaluación de riesgos para la salud humana; para la flora y la fauna; comprender los impactos en la atmósfera y el clima; el impacto potencial en la aviación y la infraestructura terrestre; y el impacto ambiental de los lanzamientos y despegues.
El mensaje del ingeniero de la ESA Aidan Cowley es a "cualquier entidad académica o industrial con experiencia en áreas relevantes. Esperamos que la visibilidad que brinda OSIP (la Plataforma de Innovación de Espacio Abierto, por sus siglas en inglés) también atraiga la atención del proyecto Solaris a nuevos actores interesados y capaces de apoyar los temas de investigación".