La compañía espacial española GMV, uno de los principales proveedores de infraestructuras para el programa satelital Copernicus, está llevando a cabo una evaluación del impacto del terremoto que sacudió Turquía y Siria el pasado 6 de febrero. El terremoto ya ha dejado al menos 36.000 fallecidos hasta ahora.
Para la monitorización, GMV utiliza "imágenes ópticas de la más alta resolución" para informar al Centro de Coordinación de la Respuesta a Emergencias (ERCC) de Protección Civil Europea de la situación de la población y las infraestructuras en varias ciudades afectadas como Gaziantep, İslahiye, Düziçi y Bahçe.
El responsable de seguridad y emergencias de la división de Teledetección y Servicios Geoespaciales de GMV, Antonio Araujo, explica que la empresa "forma parte del equipo que está en alerta 24 horas al día, 7 días a la semana, para responder a crisis como la que estamos viviendo ahora e informar a los equipos de búsqueda y rescate, así como a los responsables de la toma de decisiones y a otras partes interesadas, de la situación sobre el terreno".
Imágenes satelitales del terremoto (GMV).
La compañía explica que usa las imágenes para evaluar "el impacto sobre la población y las infraestructuras de uno de los mayores terremotos de los últimos 10 años, recopilando toda la información a partir de imágenes de satélite de alta resolución".
La acción se desarrolla en el marco del programa Copernicus, que "mantiene operativos satélites y servicios de observación de la Tierra para apoyar la gestión y la toma de decisiones en diferentes áreas temáticas, concretamente en el ámbito de la gestión de emergencias".
Sistema autónomo de observación terrestre
Estas imágenes, explica GMV, "muestran el reto al que se enfrentan los equipos de rescate y ponen de relieve la destrucción generalizada en ciudades y pueblos de toda la región", con "zonas residenciales completamente dañadas, tiendas de campaña provisionales levantadas en campos de fútbol e intensos atascos en las carreteras, muchas de ellas cerradas, son ejemplos de lo que podemos ver realmente".
El programa Copernicus quiere conseguir un sistema autónomo de observación de la Tierra "a través de una red de satélites, una red de estaciones terrestres de medición y medios aéreos, así como la generación de servicios de información". El objetivo es, asegura la compañía, "observar el planeta desde todos los puntos de vista posibles para comprender mejor los cambios que se producen en la Tierra y cómo influyen en nuestras vidas".
GMV es uno de los principales proveedores de infraestructuras para el programa Copernicus, para el que gestiona "la integridad y el seguimiento de la arquitectura de la base de datos, el análisis de los datos que requieren las cadenas de servicios, así como la valorización de las tecnologías más adecuadas para mantener operativo todo el programa.