Tecnósfera / Diario El Tiempo (Colombia).- La discusión sobre la conveniencia o no de que Colombia se embarque en la adquisición de un satélite propio vuelve a la mesa, y el principal punto de discusión es el costo-beneficio de esa inversión.
Son apenas 11 los países del mundo en capacidad de construir y enviar satélites de hasta 250 kilos al espacio. Se trata de equipos de alta tecnología de vigilancia y comunicaciones que monitorean recursos hídricos, fronteras, cultivos ilícitos, el crecimiento de ciudades o eventos naturales. Sus aplicaciones abarcan, además, servicios de telecomunicaciones y programas agrícolas.
Pero más allá de los servicios que prestan, quienes los defienden argumentan que son útiles para la seguridad y la defensa de un país.
Es el caso de Christophe Roux, de Airbus Defence & Space, la empresa francesa dedicada a la producción de este tipo de tecnologías, quien considera que esa es la única herramienta que permite a las Fuerzas Armadas tener una "visión completa, en cualquier momento y sin obstáculos”, de zonas estratégicas.
En la actualidad, si Colombia requiere imágenes en alta resolución de un lugar, para efectos de seguridad o por interés científico, debe solicitarlas a proveedores externos, lo que en consideración del experto no resulta estratégico.
Sin embargo, un satélite con estas capacidades tendría un costo de entre 250 a 300 millones de dólares, con un tiempo de uso entre 7 y 15 años, lo que para algunos puede resultar corto frente a la inversión que demanda. Como reveló EL TIEMPO, ese es el principal argumento del Gobierno para cancelar la compra de un satélite. “No estamos en capacidad de hacer esa inversión”, señaló el vicepresidente Germán Vargas Lleras.
El vicepresidente le dijo a este diario colombiano que el gasto anual de 11,5 millones de dólares por la compra de imágenes y servicios satelitales es más económico y advirtió que se buscará un acuerdo en bloque con los proveedores para bajar el costo por los servicios satelitales. “Once millones de dólares por 7 años representa un costo de 80 millones de dólares, muy inferior al que hubiera supuesto la compra de un satélite colombiano”, explicó
No obstante, un satélite nacional comprende conceptos de soberanía. Cada país cuenta con un espacio asignado en la órbita geostacionaria, que, por ejemplo, para naciones como Argentina y Venezuela su ocupación tiene un alto valor estratégico. Colombia no tiene presencia en ese espacio.
El Gobierno de Cristina Fernández lanzará, precisamente en octubre, el Arsat-1, su primer satélite cien por cien construido en el país, con un objetivo claro de “acrecentar la soberanía satelital y entrar en el selecto grupo de países con capacidad de construir y lanzar sus propios satélites”, en palabras de la presidenta.
En Venezuela también se contempla el programa aeroespacial como un programa estratégico para la soberanía nacional. En el vecino país se calcula que una inversión de 3.300 millones de dólares los pondría en la posición de liderazgo en Latinoamérica, lugar que hoy ostenta Brasil.
La red del gigante suramericano la integran nueve satélites, con usos que van desde las telecomunicaciones, investigación, defensa y comunicaciones estratégicas.