Especialmente espacial

Estos últimos días, especialmente espaciales, hace que se reafirme nuestra confianza por una actividad que genera enormes beneficios para todas las sociedades.

La sonda New Horizons llegó a Plutón fascinando a científicos y culminando la exploración de todos los planetas. Philae, tras siete meses de sueño, despierta en su cometa. España, una de las cinco naciones que están en la superficie de Marte volverá allí, junto a la NASA, en los próximos años. Culminó la misión Meteosat segunda generación con la puesta en órbita de su último satélite y se ha descubierto el planeta “habitable” más parecido a la Tierra.

Pero todos estos logros no tendrían sentido si no fuéramos capaces de transformarlos en beneficios para el ser humano. Y es aquí, precisamente, donde la industria espacial asume su papel principal como generador tecnológico y transformador económico de primer orden.

En el último año, la industria española diseñó, desarrolló y fabricó tecnología espacial por valor de 700 millones de euros (el doble que hace diez años) con una plantilla de 3.400 personas, estable y de calidad, tres veces más productiva que la media española.

La tecnología espacial que desarrolla la industria española explora el universo, pero también dinamiza otras industrias como las telecomunicaciones, la salud, la gestión medioambiental, la seguridad… generando valor para el conjunto de la economía. Al tiempo que mejora la vida diaria y nuestra forma de relacionarnos a través de las comunicaciones, los servicios de banca a distancia, el GPS o la predicción meteorológica.

En los próximos años, la industria deberá ser capaz no sólo de fabricar las infraestructuras sino de transformarlas en aplicaciones y servicios, cada vez a mayor velocidad, mejor precio y para un mayor número de usuarios.

España está preparada para ello, para seguir siendo protagonista en el desarrollo de la Humanidad desde su irrenunciable aportación al conjunto de la industria espacial mundial al servicio del ciudadano.

Tras la conferencia ministerial de la Agencia Espacial Europea (ESA) del pasado diciembre, España ha vuelto al lugar que le corresponde en el escenario espacial europeo. Disponemos de la Comisión Interministerial del Espacio, que esperamos sea el germen de la Agencia Espacial Española que nos sitúe en igualdad de condiciones que los países con los que competimos, y presidiremos el Consejo de la ESA desde 2016 hasta la celebración de la siguiente conferencia ministerial en España en 2019, lo que, sin duda, se traducirá en estabilidad y en crecimiento.

Nos encontramos, una vez más, ante una oportunidad que debemos aprovechar con responsabilidad empresarial, en colaboración con la Administración y con el compromiso de la sociedad, ya que el Espacio es un desafío común. España, en definitiva, no invertirá en el Espacio porque sea mejor, sino que será mejor por invertir en el Espacio.