Cuando la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) deje de ser funcional, aproximadamente para el año 2028, sus restos acabarán en el conocido como cementerio de naves espaciales, ubicado en el polo de inaccesibilidad del océano Pacífico.
Es en este cementerio donde reposan cientos de satélites y restos de objetos espaciales de misiones pasadas. El área se encuentra alejada de cualquier continente o zona terrestre habitable y fuera de las rutas comerciales marítimas, por lo que no representa ningún peligro aparente.
El polo de inaccesibilidad del Pacífico empezó a ser utilizado como cementerio espacial a partir de 1971, para dirigir la reentrada de artefactos espaciales y evitar que quedaran orbitando alrededor de la Tierra sin control, lo que suponía un riesgo anta su posible caída sobre alguna población.
Allí descansan los restos desmantelados de grandes hitos de la historia espacial, como la estación rusa MIR, hundida en 2001, o restos de naves de la NASA, Roscosmos o la Agencia Espacial Europea (ESA). Más recientemente, SpaceX también ha utilizado el lugar para poner fin a algunas de sus naves.
Fotografía: NASA