La Agencia Espacial Rusa (Roscosmos) ha descubierto las causas de los agujeros encontrados en el Soyuz MS-09, pero no las revelará. Así lo ha comunicado el jefe de la agencia rusa, Dmitry Rogozin, quien no está dispuesto a desvelar “nada de un asunto que, se produjese de una forma u otra, podría dejar muy mal a los responsables del programa espacial ruso. Por lo que no les vamos a decir nada. Comprendan que debemos mantener algún tipo de secreto”.
El problema ocurrió el 29 de agosto del 2018 en la Estación Espacial Internacional (ISS), cuando la tripulación detectó una fuga de aire causada por una microfractura en una pared de la sección viva de la MS-09. Esto no suponía una amenaza inmediata, pues la presión se reducía cada hora en 0,8 milímetros de mercurio. Pero a ese ritmo la ISS se quedaría sin aire en 18 días. Afortunadamente, el agujero se arregló con un parche el mismo día para restaurar la integridad hermética de la ISS.
Después del incidente, Roscosmos estableció una comisión especial para investigar el episodio, concluyendo que el incidente no había sido causado por un defecto de fabricación y apuntaban al impacto de un micrometeoroide o un trozo de basura espacial. Pero en las fotografías enviadas por los astronautas se apreciaban raspaduras alrededor del agujero.
El exastronauta Maxim Suráiev sugirió que la avería podría haberla causado uno de los tripulantes con problemas psicológicos que quería volver a casa. Otros especialistas aseguraban que hacer ese tipo de agujero en ingravidez es muy complicado y que el sabotaje se habría ejecutado en tierra.
En diciembre, los astronautas examinaron la nave desde el exterior, y descubrieron que había una sustancia similar a un sellador. En marzo, Rogozin prometió informar al presidente ruso, Vladímir Putin. Ahora, tras saber las causas, Rogozin ha decidido no desvelarlas.
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