El telescopio James Webb (JWST) de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) ha desplegado por primera vez su espejo primario que mide 6,5 metros de ancho. La misión se lanzará en marzo de 2021.
La prueba, que implicó ordenar a los sistemas internos de la nave espacial que se desplegasen y asegurasen completamente el espejo, se realizó a principios de marzo de 2020 en una sala limpia en Northrop Grumman Space Systems en Redondo Beach, California.
El icónico espejo que consiste en un patrón en forma de panal de 18 segmentos de espejo hexagonales recubiertos de oro se extenderá como parte de una secuencia de despliegue complejo una vez que el observatorio esté en el espacio y a punto de alcanzar su órbita operativa.
El telescopio espacial James Webb es un proyecto internacional dirigido por la NASA con sus socios, la ESA y la Agencia Espacial Canadiense. Como parte de su contribución al proyecto, la ESA proporciona el instrumento NIRSpec, la asamblea del banco óptico del instrumento MIRI, el lanzador Ariane 5 y el personal para apoyar las operaciones de la misión en el Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial (STScI) en Baltimore, EEUU.
El JWST ha sufrido muchos inconvenientes por su difícil y costoso desarrollo. La junta de revisión independiente, contratada por la NASA a finales de marzo de 2018, decidió que la fecha de lanzamiento sería el 30 de marzo de 2021 después de anunciar un retraso de un año en el lanzamiento debido a otros problemas técnicos.
Esta misión conjunta entre la ESA y la NASA se está enfrentando a numerosos problemas, que han llevado a retrasar su puesta en órbita en dos ocasiones. Su fecha de lanzamiento inicial estaba programada para finales de este año 2018, pero la NASA anunció que se retrasaría hasta 2020 por la “necesidad de la realización de más pruebas de los sistemas del telescopio”. Además, estos retrasos suponen un problema porque “excederá su límite de coste de 6.500 millones de euros establecido por el congreso estadounidense”, tal y como afirmaron los investigadores de la agencia.
El director de ciencias de la ESA, Günther Hasinger, explicó que "el James Webb es el proyecto astronómico más ambicioso y complejo que se haya construido, y darle vida es un proceso largo y meticuloso. La espera será un poco más larga ahora, pero la ciencia revolucionaria que nos proporcionará valdrá la pena”.
En su informe, la junta de revisión destacó “la complejidad significativa del proyecto, su increíble potencial científico e importancia para la astrofísica. Debido al tamaño y la complejidad del Webb, el proceso de integración y prueba de piezas es más complicado que el de la mayoría de las misiones de ciencia espacial”.
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