La Agencia Espacial Europea (ESA) ha realizado una nueva campaña de pruebas de los paracaídas de la misión ExoMars, que llevará el próximo año al rover Rosalind Franklin a la superficie de Marte. Una maqueta de la cápsula de aterrizaje ExoMars sobrevivió a una prueba de caída a gran altitud, pero los problemas del paracaídas, que han plagado la misión europea-rusa a Marte durante años, aún no se han resuelto por completo.
El paracaídas de 35 metros que ayudará al aterrizaje del rover ExoMars de la ESA en 2023 ha sufrido daños menores durante la última prueba de caída a gran altitud. El problema con el paracaídas, que falló en las pruebas de caída anteriores en 2019 y 2020, fue la razón principal del aplazamiento de la misión desde su fecha de lanzamiento anterior en 2020 hasta septiembre de 2022.
Durante las pruebas, un globo lleno de helio elevó la cápsula a una altitud de 29 kilómetros. La maqueta del módulo de aterrizaje se dejó caer, soltando primero su paracaídas supersónico más pequeño de 15 metros, seguido por el subsónico grande. Las condiciones durante la prueba imitaron perfectamente la presión que se ejercerá sobre los paracaídas durante el aterrizaje en Marte.
Mientras que el paracaídas supersónico de primera etapa funcionó sin problemas, el paracaídas subsónico más grande resultó algo dañado durante la prueba. "El rendimiento del segundo paracaídas principal no fue perfecto, pero mejoró mucho gracias a los ajustes realizados en la bolsa y la capota", ha explicado el líder del equipo del programa ExoMars, Thierry Blancquaert.
El paracaídas piloto es un pequeño paracaídas auxiliar que despliega el paracaídas principal. En el caso de la plataforma de aterrizaje ExoMars, cada uno de los dos paracaídas de frenado tiene su paracaídas piloto que lo despliega.
Después de las pruebas fallidas en 2019 y 2020, la ESA recurrió a ingenieros del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en California, quienes diseñaron los paracaídas de Perseverance y Curiosity. Los equipos de JPL ayudaron a mejorar el diseño y probaron los paracaídas en sus instalaciones terrestres que utilizan aire comprimido para simular la caída libre.
La ESA ha explicado que volverá a trabajar con el JPL para solucionar los problemas restantes.
El sistema de aterrizaje ha sido un problema importante para ExoMars, una misión conjunta entre la ESA y Roscosmos. En 2016, el módulo de aterrizaje de prueba de ExoMars, Schiaparelli, se estrelló en Marte después de que sus computadoras a bordo calcularan mal su distancia del suelo. Una investigación sobre el percance descubrió que la nave espacial comenzó a girar después de que se abrieron sus paracaídas.
Hasta ahora, solo EEUU y China han aterrizado con éxito en Marte. El primer intento de Europa, el módulo de aterrizaje Beagle 2, realizado en Reino Unido, aterrizó de manera segura pero nunca transmitió ninguna señal.
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