Boeing inicia la inspección de Starliner tras su reentrada automática a la Tierra

Los directivos de Boeing respiraron con alivio cuando comprobaron que Starliner se posó sin contratiempos en el puerto espacial White Sands, situado en el estado de Nuevo México. La cápsula vacía se desacopló de forma autónoma de la Estación Espacial Internacional (ISS) y comenzó la maniobra de regreso, poniendo así punto final a una misión azotada por los incidentes.

La nave volvió a casa sana y salva tras aterrizar a las 06:01 (hora peninsular española) del sábado 7 septiembre, pero sin sus dos tripulantes, los astronautas Barry Butch Wilmore y Sunita Suni Williams, que retornarán en febrero en una nave de SpaceX.  

Lo cierto es que la operación no fue perfecta, pues uno de los propulsores no funcionó como se esperaba, aunque eso no tuvo consecuencias, ya que todo el sistema es redundante. Afortunadamente, los tres paracaídas sí se activaron sin problemas, lo mismo que las bolsas de nitrógeno que amortiguaron el impacto tras la reentrada.

“La NASA espera que sigamos trabajando con el equipo de Boeing para avanzar hacia la certificación de Starliner para misiones de rotación de tripulación a la estación espacial”, dijo Ken Bowersox, administrador asociado de la Dirección de Misiones de Operaciones Espaciales de la agencia estadounidense en Washington.

El viaje de seis horas de vuelta a la Tierra fue el fin de la accidentada misión de prueba de la cápsula, que, de una estancia planeada de pocos días en la ISS, finalmente volvió al cabo de tres meses, después de una serie de problemas con el sistema de propulsión y fugas de helio.

El vuelo del 5 de junio pasado al laboratorio orbital fue la primera vez que astronautas despegaron a bordo del Starliner, que ya había realizado dos pruebas previas sin tripulación. Ahora, la nave será enviada al Centro Espacial Kennedy de la agencia espacial norteamericana en Florida para su inspección y procesamiento.