Los satélites LEO militares y civiles necesitan más protección ante la amenaza de ataques nucleares
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Los satélites LEO militares y civiles necesitan más protección ante la amenaza de ataques nucleares

Un informe advierte de que una explosión atómica a gran altitud provocaría fallos durante semanas o meses en estas plataformas espaciales
Satélite AEHF
Recreacíón de un satélite SBIRS de alerta de misiles. Firma: Lockheed Martin
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Estados Unidos debería reforzar las prestaciones de los satélites LEO que apoyan al comando y control militar norteamericano preocupado, entre otras funciones, de los efectos de la radiación de posibles detonaciones atómicas a gran altitud, según un reciente informe difundido por el think tank Atlantic Council, con sede en Washington D.C.

El Centro Scowcroft para Estrategia y Seguridad del Atlantic Council ha publicado esta semana un estudio, titulado Modernización del comando, control y comunicaciones nucleares basados en el espacio, que recomienda proteger los elementos espaciales del Sistema de Comando, Control y Comunicaciones Nucleares (NC3) de Estados Unidos.

El documento, al que ha tenido acceso infoespacial.com, llega en medio de las crecientes preocupaciones sobre el desarrollo de armas nucleares espaciales por parte de Rusia y la vulnerabilidad de los satélites militares críticos.

Así, el Ministerio de Defensa de la Federación Rusa ha probado el sistema Nudol que puede ser empleado tanto como interceptor antimisiles como arma antisatélites. De hecho, en noviembre de 2021 Moscú anunció la destrucción, gracias a este sistema, del satélite soviético Cosmos-1408 no operativo y puesto en órbita en 1982. El Nudol fue lanzado desde el cosmódromo de Plesetsk.

RusiaSistema antisatélites Nudol. Firma: Ministerio de Defensa de la Federación Rusa.

El sistema NC3 estadounidense comprende los sensores, las redes de comunicaciones y los centros de comando que permiten a la Casa Blanca dirigir sus fuerzas nucleares. Su segmento espacial incluye satélites para alerta de misiles, comunicaciones seguras y detección de detonaciones nucleares.

“En el escenario más inquietante, la eficacia de los satélites comerciales LEO para apoyar a Ucrania podría llevar a los rusos (o a China en una invasión de Taiwán, por ejemplo) a evaluar que la mayor eficacia militar derivada del uso limitado de armas nucleares sería detonar sólo una en LEO”, afirma el informe.

Una explosión nuclear a gran altitud podría generar efectos de pulso electromagnético generalizados e inyectar partículas de alta energía en los cinturones de radiación de la Tierra, potencialmente paralizando los satélites desprotegidos, advirtieron los autores. Los satélites en órbita terrestre baja (LEO), situados a una altura que oscila entre los 160 kilómetros y los 2.000 kilómetros, correrían un especial riesgo ante esa eventualidad.

“Una detonación nuclear a gran altitud aumentaría el flujo máximo de radiación en partes de los cinturones de radiación de Van Allen en tres o cuatro órdenes de magnitud, provocaría fallos durante semanas o meses de la mayoría, sino de todos, los satélites LEO que no estén específicamente reforzados contra esta amenaza", según el informe, de 20 páginas.

El Pentágono está actualmente modernizando su envejecida infraestructura NC3 como parte de una mejora más amplia de sus fuerzas nucleares. Los activos espaciales clave incluyen el sistema de infrarrojos espacial para alerta de misiles y los satélites avanzados de frecuencia extremadamente alta para comunicaciones seguras.

En este contexto, el cambio global de tendencia hacia constelaciones de satélites más pequeñas y distribuidas en órbita terrestre baja crea nuevas vulnerabilidades que deben abordarse, según el informe. La Agencia de Desarrollo Espacial (SDA) de la Fuerza Espacial de EEUU está desplegando cientos de satélites para rastrear misiles y otros fines militares.

"La capacidad de los sistemas NC3 basados en el espacio para garantizar la ‘seguridad nuclear' (la absoluta confiabilidad y seguridad de las operaciones nucleares) está siendo cuestionada", afirma el informe del Atlantic Council. "Esto se debe a que estos sistemas pueden volverse vulnerables a ataques o interferencias de armas antiespaciales avanzadas".

Satu00e9lite AEHFRecreación de un satélite AEHF para comunicaciones satelitales. Fuente: US Space Force

Los autores, Peter Hays y Sarah MIneiro, recomiendan acelerar el despliegue de plataformas resistentes a la radiación y otras medidas de protección para los sistemas NC3 de próxima generación. Esta recomendación puede hacerse extensible a los satélites LEO que lanzan Space X u otras compañías.

El informe destaca cómo la aparición de múltiples pares nucleares ha complicado el panorama estratégico. Sostiene que la acumulación nuclear de China y sus opiniones sobre la estabilidad estratégica, junto con la posibilidad de un uso nuclear limitado, están planteando dudas sobre la idoneidad de las capacidades NC3 existentes y planificadas.

En el frente técnico, el desarrollo de sofisticadas armas antisatélites por parte de Rusia y China plantea una amenaza directa a los activos NC3 espaciales de Estados Unidos, según el estudio. La transición de sistemas analógicos a digitales también introduce nuevas vulnerabilidades cibernéticas que deben abordarse.

A medida que el Pentágono adopta arquitecturas de satélites más distribuidas, el informe advierte que los requisitos de garantía nuclear pueden pasarse por alto en medio de prioridades contrapuestas. Exige garantizar que estas capacidades críticas sigan siendo un foco principal en la planificación de futuros sistemas espaciales.



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