Los fundadores de Slimop Space tras entrar en la ESA BIC Barcelona: "Tenemos una idea, pero no el dinero"
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Los fundadores de Slimop Space tras entrar en la ESA BIC Barcelona: "Tenemos una idea, pero no el dinero"

La compañía catalana, especializada en el diseño y fabricación de telescopios espaciales, espera testar su tecnología en órbita el 2025
Fundadores Slimop Space
Alejandro Santillán, Armengol Torres y Eduardo Ferrer. Créditos: LinkedIn.
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Una visión común en el sector es que la industria espacial está en un proceso de transformación permanente. Un uso que ya no es exclusivo de grandes agencias como NASA o la Agencia Espacial Europea (ESA), sino que se ha ido democratizando. Prueba de ello es que se estima que cada uno de nosotros interactúa con unos 200 satélites por día, ya sea para comunicarnos o para encontrar una dirección específica con un GPS.

Este contexto es propicio para las empresas que desarrollan este tipo de tecnologías. La semana recién pasada, la compañía catalana Slimop Space, especializada en el diseño y fabricación de telescopios espaciales, fue seleccionada en un programa de incubación. El ESA BIC (Business Incubation Centre) Barcelona, ofrece, además de apoyo, 50.000 euros que deben ser utilizados en I+D. Desde la ciudad condal, dos de sus fundadores accedieron a conversar con Infoespacial.com.

¿Cuál fue la oportunidad de mercado que vieron para fundar la compañía?

Eduardo Ferrer, CEO: Somos tres personas inquietas, apasionadas por la aeronáutica y el espacio, con un tracking ya de diferentes proyectos desarrollados vinculados con este sector. Un día nos encontramos, nos conocíamos ya y hablando había varios proyectos encima de la mesa y decidimos activar este, porque nos parecía que era el más oportuno. En fin, había un océano azul, hemos conseguido encontrar ese gap que había en el mercado: de momento no hay otros operadores desarrollando este tipo de tecnologías, donde hay una gran demanda presente y futura, instatisfecha o no cubierta.

Armengol Torres, CTO: Cada vez más, ya no sólo se estaban lanzando empresas grandes y pequeñas con un satélite de observación de la Tierra, sino ya empezaron a salir constelaciones como Planet Labs, ese gran paradigma, con cientos de esos pequeños "pajaritos". Pensamos que aquí esto iba a más: había una necesidad de captar imágenes en el rango visible y también en infrarrojo, por la cantidad y diversidad de aplicaciones que van saliendo aquí en la Tierra. Como vimos que esto conlleva que los satélites tienen una vida útil muy corta, con más razón pensamos que sería necesario encontrar una solución más competitiva.

ESA BIC BCN   SLIMOp Space left Bold JPEGFirma: Slimop Space

¿Cuál es el perfil de los clientes que tienen?

EF: Se están haciendo grandes constelaciones con miles de satélites que tendrán una vida útil mucho más corta. Eso requiere que los procesos de fabricación sean mucho más eficaces, más rápidos y, por lo tanto, más baratos si es posible. Todo este gran mercado se está abaratando, pero en la construcción de telescopios que utilizan estos satélites no se han desarrollado nuevas tecnologías que mejoren los sistemas tradicionales de construcción y de diseño. Ahí es donde vimos que podíamos tener esta oportunidad, que va a permitir una entrega de equipos mucho más rápida, más baratos, que pesen menos y que usen menos volumen. Peso, volumen, precio y time to market: esa es la demanda, cada vez más recurrente, que esperamos cubrir.

AT:  No queremos fabricar satélites, ya hay varios proveedores que lo hacen bien y no seríamos competitivos en esto, no tenemos trayectoria. Nos queremos centrar en el componente, en el subsistema que es el telescopio, el OTA (Optical Telescope Assemblies) que va dentro de un satélite de observación de la Tierra. Que si le giras, además, mira al espacio, tiene la otra aplicación que es astronomía. En esta categoría, hay gente que construye la plataforma, siempre en el rango entre los nanosatélites, o cubesats, hasta los minisatélites. Hablamos de un componente que lleva un espejo, en un diámetro entre diez y 30 centímetros. Nuestros clientes son los integradores y ellos son los que venden al cliente final, que puede ser tanto privado como público. Creemos que tenemos mejor diálogo con los integradores hasta que consigamos un producto estándar.

O sea, por ahora Slimop no tiene un producto específico, sino que se van adecuando a cada necesidad de cada cliente.

AT: Tendremos dos, uno más pequeño y otro con más capacidades. Este es el objetivo, pero todavía estamos un poco lejos de esto. Estamos en la base de la tecnología del concepto que creemos que es innovador, que creemos que hemos descubierto, basado en nuevos materiales y en nuevos métodos. Con estas prestaciones, la competencia está tardando nueve a diez meses desde que le hacen el pedido hasta que lo suministra y eso puede ser mucho. Nosotros queremos reducirlo a nueve o diez semanas. Y que sea mucho más liviano, cada gramo que pones en el espacio cuesta dinero. Si lo conseguimos es una ventana competitiva.

Esa Sentinel 2Sentinel 2, uno de los satélites Copernicus de observación de la Tierra. Firma: ESA

Debe ser difícil abaratar costes en una industria que mueve tanto dinero.

EF: Abaratar costes no significa dejar de destinar recursos, todo lo contrario. Lo que se busca es eficiencia. Han caído una serie de barreras de entrada que impedían que se democratizase esta industria, que estaba dominada por las grandes agencias espaciales gubernamentales y militares hasta que la tecnología ha facilitado que puedan entrar operadores privados y, como es nuestro caso, start ups que incluso tienen muchísimos menos recursos. No lo estamos haciendo más barato per se, sino porque es precisamente donde se está abaratando todo tipo de nanosatélites, cubesats, etcétera. Por lo tanto, requiere que también sus componentes sean más baratos para hacer más eficientes cada misión.

¿Cómo abordan el hito de haber recibido 50.000 euros de la incubadora de la ESA en Barcelona?

AT: La ESA ha visto que hay una capacidad creativa y de inversión en los emprendedores. Muchos son spin off que salen de la universidad y otros, simples personas con una idea, pero no tenemos dinero. Hay una gran barrera a superar cuando te faltan estos primeros 50.000 euros, aunque sean para validar la idea y proteger la propiedad intelectual. Son dos cosas: probar realmente que esto que tienes en un PowerPoint funciona arriba de la mesa, con un cacharro que lo enciendes y cumple con especificaciones básicas, es un gran salto entre una idea y una realidad. Estos dineros sirven para cubrir esto. No te los dejan justificar como ingresos propios, salarios, o lo que sea, sino que tienen que ir directamente destinados a I+D, a los costes de fabricación de estos experimentos de laboratorio y de protección de la idea, como patente.

EF: Lo tomamos con mucha ilusión y mucha responsabilidad al mismo tiempo. Es un programa que todo el mundo desea conseguir y formar parte, el túnel de entrada es muy estrecho. Lo que viene a partir de ahora es mucho trabajo, mucho control de la ESA. Lo digo en positivo, porque son los primeros que te presentan en todo tipo de foros e inversores tecnología y congresos, quieren que tu proyecto funcione y llegue a buen término. Yo sólo espero cosas buenas, que ya están ocurriendo: desde formación, asesorías, presentaciones, reuniones con grandes operadores del sector. Y vas de la mano de la Agencia Espacial Europea, que no es poco. Todo lo que esperamos es positivo y al mismo tiempo esperamos que ellos también se sientan satisfechos con los resultados que vamos a conseguir.

¿Cuáles son los plazos de la incubadora?

EF: Hay reuniones mensuales, están permanentemente en contacto, preguntando y colaborando con nosotros. Es un work in progress que dura todo el periodo, en estos dos años va a haber una actividad intensa con ellos y así lo estamos haciendo ya desde unos días.

AT: Realizan múltiples actividades periódicas de formación, de apoyo, de mentoring en todas las áreas principales que van desde temas de regulación, legal, propiedad intelectual, temas técnicos, hasta modelo de negocio. Tenemos una cantidad de horas de especialistas dedicadas a gastarlas durante el periodo de incubación y eso se aprovecha.

Edificio RDIT^J sede de la incubadora ESA BIC en Barcelona^J Campus de la UPC^Edificio sede de la ESA BIC Barcelona

¿Dónde está hoy la industria espacial española? ¿Qué es lo que falta y hasta dónde se puede llegar?

EF: Primero, nos lo tenemos que creer. Exportamos tecnología, incluso a China. No somos una potencia, pero sí en el conjunto Europa tiene que ser un contrapeso al gran avance de las industrias americana y asiática. Y España tiene compañías que son referentes en este sector, incluso filiales de grandes corporaciones que aquí tienen sedes y grandes centros de producción y de investigación. Sí que nos gustaría tener muchas más, pero este es el camino y también desde la administración se están impulsando programas para que esto avance. Las start ups están consiguiendo hitos a nivel europeo. Hay talento, ganas, ideas y lo único que falta es que nos acompañen, nos faciliten este camino con recursos económicos, que sin duda es lo más difícil. Que encontremos un entorno favorable a poder desarrollar todas estas grandes ideas y todo este talento que está saliendo de las universidades, que es espectacular, y que si aquí no encuentra una respuesta coge y se va. Tenemos grandes ejecutivos en la NASA, en otras agencias y compañías que aquí no han encontrado donde ubicarse.

AT: Por el sitio donde estamos, en Cataluña, lo que toca es la diferenciación. Aquí no podemos pretender que se instalen las industrias del gran space, porque ya están centradas en Madrid y en Andalucía. Creo que es un gran auspicio la reciente creación de la Agencia Espacial Española, que pondrá un poco de orden, porque los temas de espacio estaban repartidos en 11 ministerios, esto será un revulsivo para las pequeñas empresas y para poder progresar. ¿Qué faltaría? Me gustaría ver más implicación de dinero público para estas primeras fases de las empresas, que es donde tenemos más dificultades. Los 50.000 euros de la ESA no son suficientes y entonces tienes que echar mano de business angels y capital que es difícil de conseguir. Tenemos colegas en América que enseguida consiguen un millón de dólares para arrancar una start up que lo único que tiene es un PowerPoint. Esto todavía no ocurre en Europa, menos en España y menos en Cataluña.

¿Cómo proyectan el futuro de la compañía a corto, mediano y largo plazo?

EF: Tenemos un roadmap que estamos cumpliendo, que tiene previsto en el segundo semestre de 2025 poder testar nuestra tecnología en órbita, en el espacio, en una misión. Si todo funciona bien, a partir del 2026 empezaremos la fabricación y la monetización del proyecto. Este es el esquema, lo estamos cumpliendo desde el primer momento, aunque esta es una labor inicial de investigación y desarrollo, con lo cual hay riesgos. Es un proyecto inicial de prueba y error y de momento está saliendo todo como está previsto, esto también nos da esperanzas.



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