La cápsula averiada Soyuz MS-22 regresó el pasado 28 de marzo a la Tierra desde la Estación Espacial Internacional (ISS). La cápsula llegó a la Estación el pasado septiembre con los astronautas Sergey Prokopyev, Dmitry Petelin y Frank Rubio a bordo.
A mediados del pasado diciembre, la nave sufrió una fuga en el módulo de servicio cuando los tripulantes se disponían a realzar una caminata espacial. Entonces, la agencia espacial rusa, Roscosmos, aseguró que había sido un pequeño meteorito el que chocó contra la nave, provocando una fuga de refrigerante.
Desde entonces, tanto la NASA como Roscosmos han abordado cómo solucionar el problema. Finalmente, decidieron retornar la nave averiada vacía a la Tierra después de mandar una nueva nave, la Soyuz MS-23, que regresará a los tres astronautas el próximo 27 de septiembre, un año después del despegue.
Otra fuga
Tras la primer avería, otra nave rusa acoplada a la Estación, la Progress MS-21, también sufrió una fuga. En este caso, por un problema técnico. La nave rusa sufrió, según Roscosmos, una despresurización en la cápsula de carga.
El Centro de Control de la Misión Ruso detectó una despresurización en el circuito de refrigeración de la nave. lo que ha provocado una fuga en el sistema de refrigeración que la habría vaciado por completo.
La fuga ocurrió pocas horas después de la llegada de Progress MS-22 a la Estación, cargada de agua, comida, combustible y otro material indispensable para los astronautas.