El primer sistema español de observación de la Tierra, Paz, ha entrado en servicio. Tras su lanzamiento hace seis meses, el satélite ha pasado con éxito la fase de pruebas y calibraciones, que ha llevado a cabo un equipo de ingenieros, el Ministerio de Defensa (DGAM, CIFAS y Cesaerob), el INTA, y las empresas Airbus Defence & Space, contratista principal, e Hisdesat, propietaria del sistema.
Han pasado apenas seis meses desde que el sistema español se lanzase al espacio a bordo de un Falcon 9 de SpaceX desde Vanderberg, en California y, por fin, inicia la prestación de sus servicios al Ministerio de Defensa y otros organismos de la Administración, continuando posteriormente con la comercialización para el uso civil de las imágenes radar.
A través de su radar de alta resolución, el Paz podrá adquirir imágenes independientemente de las condiciones meteorológicas y de la iluminación solar. En concreto, podrá tomar hasta 100 imágenes al día que tendrán diversas aplicaciones tanto en el ámbito de defensa y seguridad como en el comercial. El sistema cubrirá un área de más de 300.000 kilómetros cuadrados a 514 kilómetros de altitud, viajando a una velocidad de siete kilómetros por segundo.
Las imágenes radar aportarán una gran cantidad de información útil para múltiples aplicaciones, como son el control fronterizo, el control medioambiental, la protección de los recursos naturales, operaciones militares, verificación de tratados internacionales, vigilancia de la superficie terrestre, urbanismo, planificación de infraestructuras, evaluación de catástrofes naturales y cartografía de alta resolución, entre otras.
El Paz estuvo tres años almacenado en una nave de Airbus en Barajas (Madrid), a la espera de su envío al espacio. En julio de 2016, Hisdesat decidió cancelar el acuerdo con la empresa rusa Kosmotras debido a los continuos aplazamientos del lanzamiento y la ausencia de alternativas del Gobierno ruso.
En principio, el sistema debía ser lanzado desde el cosmódromo de Yasni (Rusia) en un cohete Dnepr. Sin embargo, en diciembre de 2015, Rusia emitió un decreto por el que se suspendían los lanzamientos de ese cohete. Según se informó entonces, el motivo era que el lanzador se basaba en el misil soviético SS-18 desarrollado en Ucrania, país con el que, en esos momentos, Rusia mantenía una guerra no declarada que comenzó en 2014 con su anexión de Crimea.
Tampoco con SpaceX salió del todo bien desde el principio. Por diversos avatares, el lanzamiento se aplazó hasta en cinco ocasiones, siendo esta la definitiva, la sexta fecha (30/1, 10/2, 17/2, 18/2, 21/2, 22/2) anunciada desde la llegada del satélite a California.
Lo que caracteriza a este proyecto es la cantidad de empresas nacionales involucradas en él y la gran aportación científica de las universidades españolas, dando un apoyo absoluto al I+D+i nacional. Y es que un total de 15 empresas nacionales y tres universidades españolas han contribuido a la fabricación como al diseño del sistema. Además, otras tres empresas europeas colaboraron en el Paz, lo que hace que el proyecto sea 100% europeo.
El Sistema AIS es un instrumento que detectará tanto a los barcos que están cerca de la costa como a los que navegan por el océano abierto. Toda esa información llegará, una vez transmitida, a cualquier ordenador en tierra, donde será procesada. La precisión de la que es capaz AIS permitirá ofrecer detalles sobre la identidad de cada embarcación, su situación, ruta, velocidad, estado de la navegación, destino y carga, maniobras que realiza, calado, eslora, bandera, oleaje, zonas rocosas, consumo energético, etcétera.
El SAR es el instrumento central del satélite. Su funcionamiento se basa en la emisión de una señal que rebota contra la superficie terrestre y, una vez de vuelta, trae el eco con la información de lo que se encuentra la señal. Los radares SAR tienen tres particularidades: funcionan en base a microondas, logran emitir haces móviles pese a tener antenas fijas y, en tercer lugar, los haces emitidos suelen barrer sus blancos en forma oblicua y a una velocidad imposible para una antena giratoria, lo que genera mayor cobertura en lugares con iluminación y también de los que están en sombra, lo que da claroscuro y tridimensionalidad a la imagen obtenida.
Este radar operará en banda X, con un ancho de banda de 300 megahercios y tiene una capacidad máxima de toma de imágenes de 420 segundos por órbita. Funciona en una longitud de onda de 31 milímetros y una frecuencia de 9,6 gigahercios, por lo que podrá ofrecer una resolución de hasta un metro.
Foto: Hisdesat.