Lo que en España sucede en un abrir y cerrar de ojos —enviar un mensaje, hacer una videollamada, buscar información en la red— es, en muchas partes del mundo, un lujo imposible. Aunque a día de hoy damos por sentada la conectividad, la realidad es que el 80 % de la Tierra sigue sin acceso a internet o a cualquier tipo de comunicación estable. Estos "desiertos digitales" son capaces de aislar, frenar el desarrollo económico o dificultar la respuesta ante emergencias.
En un mundo donde todo está conectado, desde teléfonos y coches hasta neveras y sistemas de riego, el Internet de las Cosas (IoT) cada vez ocupa un papel más importante en nuestro día a día. Nodos y sensores pueden recopilar y enviar datos en tiempo real, lo que permite, por ejemplo, controlar cultivos a distancia, optimizar rutas de transporte o detectar fallos en infraestructuras antes de que causen problemas.
Para que el IoT sea realmente útil, no basta con tener sensores y dispositivos inteligentes; es imprescindible una conexión que llegue incluso a las zonas más remotas. Ahí es donde entran en juego los satélites. Fossa Systems, la empresa española que más satélites ha lanzado en el país, desarrolla nanosatélites que llevan la conectividad IoT a cualquier rincón de la Tierra. Como explica su CEO, Julián Fernández, dan conectividad “a todo el planeta sin ninguna barrera”. De hecho, este fue el propósito con el que surgió la empresa: “Fossa surge con el objetivo de democratizar el espacio y el acceso a las telecomunicaciones IoT”.
Tras más de 20 satélites puestos en órbita en cuatro misiones espaciales, Fossa Systems ha lanzado recientemente los tres primeros nanosatélites para comercializar IoT y dar conexión allí donde no llegan las redes terrestres. Un hito que, como destaca su CEO, es fruto del esfuerzo del equipo y de una apuesta firme por el desarrollo propio. A diferencia de otras compañías, Fossa ha optado por una integración total de su tecnología, sin depender de terceros en su cadena de valor. “Desde el primer momento decidimos hacerlo todo internamente, con un alto grado de verticalización. En Europa, somos la única empresa que controla toda la cadena de fabricación: desde los satélites hasta las estaciones de tierra y los dispositivos IoT”, explica Fernández en conversación con infoespacial.
Democratizar el espacio y las telecomunicaciones
“El espacio debe utilizarse para mejorar la vida en la Tierra”, afirma Julián Fernández. Explica cómo, sin darnos cuenta, dependemos del espacio a diario: cuando usamos GPS, consultamos imágenes satelitales o miramos el pronóstico del tiempo. Sus nanosatélites, más pequeños y de un coste inferior al de un satélite tradicional, no solo mejoran la eficiencia de empresas en sectores como la agricultura o la logística, sino que también pueden tener un impacto directo en la sociedad y el medioambiente.
En esta búsqueda por democratizar la conectividad, Fossa Systems ofrece acceso a su red satelital a un precio 30 veces menor que el de otras compañías. Pero más allá del ahorro, optimizar procesos con IoT no solo reduce costes, también disminuye la huella de carbono. Gracias a la monitorización y el control remotos, muchas empresas pueden operar maquinaria y equipos en zonas aisladas sin necesidad de enviar personal, reduciendo así desplazamientos innecesarios y las emisiones que generan. “Todo el mundo sale ganando: Fossa ofrece conectividad, la empresa ahorra dinero y el planeta sufre menos emisiones”, resume Fernández.
La aplicación y el uso de IoT ofrece claros beneficios para muchas empresas y sectores. Sin embargo, su uso puede ser positivo para la sociedad en su conjunto. Julián Fernández, explica las posibilidades que ofrecen los sensores y la conectividad IoT y pone de ejemplo el transporte de mercancías. Cada día, cientos de contenedores cruzan los océanos cargados con todo tipo de productos, desde pedidos online hasta bienes esenciales. Pero, ¿y si lo que transportan son vacunas? En casos como este, monitorear en tiempo real la temperatura, la ubicación o posibles impactos es crucial. Gracias a la conectividad satelital, los nodos IoT permiten detectar cualquier problema antes de que el cargamento llegue a su destino, permitiendo actuar en tiempo real ante cualquier avería o dando mayor margen de maniobra.
El potencial del talento español
La reciente apertura de su nueva sede en Portugal no impide que el CEO de Fossa Systems reivindique el talento español. La apuesta por el talento joven de esta empresa les ha hecho protagonizar muchos titulares, pero Julián Fernández prefiere poner el foco en el “gran talento que tenemos en España”, que “no existe en el resto del planeta”. Fernández, que conoce el ecosistema aeroespacial, ha podido comprobar cómo en otros países contar con profesionales preparados es mucho más difícil: “En Estados Unidos acceder a estudiantes de doctorado o ingenieros de altísimo nivel es mucho más complicado porque es un mundo mucho más competitivo. En España tenemos una fuente de talento enorme, de talento muy joven, que hay que evitar que se vaya a otros países”.
El éxito de la empresa es un claro ejemplo de cómo se pueden lograr grandes avances con menos recursos. Con 7 millones de euros levantados hasta la fecha, Fossa ya ha lanzado 21 satélites al espacio. “Muchas empresas de la competencia para llegar a ese número han tenido que invertir cientos de millones”, explica su CEO. La clave, según Fernández, está en su enfoque pragmático: hacer más con menos y desarrollar un sistema eficiente sin las grandes estructuras de la industria tradicional.
En Fossa creen que en España “el sector New Space es uno de los más dinámicos y que más ha crecido en Europa en los últimos años”. A pesar del “reto de financiación” tan grande que señala Fernández, España sale ganando si comparamos “el número de empresas, su facturación y su éxito” con otros países como Italia o Francia. “En España somos muy buenos creando empresas eficientes; con muy pocos recursos hemos creado empresas muy buenas, y creo que el resto del planeta tiene que aprender de ello”, señala el CEO. En estos casos de éxito Fernández señala no solo a Fossa, sino a españolas como UARX Space o Alén Space, entre muchas otras.
En un mundo cada vez más individualista, Fernández destaca la importancia de que las empresas españolas crezcan. Los países buscan ser autosuficientes en el ámbito de las comunicaciones para reducir su dependencia externa y protegerse ante ciberataques o vulnerabilidades. En este contexto de búsqueda de soberanía, Fernández cree que Fossa tiene una ventaja clave: al desarrollar toda su tecnología internamente y no depender de terceros, puede garantizar soluciones seguras. En un sector donde depender puede suponer un riesgo, tener el control absoluto puede marcar la diferencia.